Por Nicolás Marchiori
Desde el Frente Renovador de la Concordia se abre paso un proceso disruptivo y revolucionario de la política que implica un cambio de paradigma que viene de la mano de jóvenes con mentalidad abierta movilizados por la fuerza impulsora de nuevos pensamientos alejados de los prejuicios, los odios, los resentimientos y los discursos que no conducen a nada.
Los cambios y las transformaciones son procesos dinámicos que están presentes en los sistemas políticos permanentemente. Conviven con una tendencia opuesta hacia la estabilidad, la inmutabilidad, que podemos identificar en los mismos sistemas.
Podemos afirmar que los sistemas políticos tienen un carácter interactivo, esto quiere decir que su identidad dependerá de la interacción continua de múltiples elementos. Estos pueden ser internos o externos al sistema, en el último caso hablamos del entorno.
Esta característica de los sistemas crea un escenario en donde la capacidad de comunicarse e interactuar, con lo que ocurre en su entorno, se convierte en fundamental para que pueda alcanzar un buen desempeño. Dicho esto, la mayor o menor destreza que posean para comunicarse con el entorno, determinará su eficacia y su capacidad para durar en el tiempo.
El éxito y la consolidación de los sistemas democráticos se debe a la facilidad con la que pueden interactuar con lo que ocurre en su exterior.
Las democracias han sido eficaces identificando los problemas y necesidades que existen en el entorno, pudiendo proponer mejoras y soluciones a las mismas.
La incertidumbre política que invade actualmente a las sociedades está generada por el temor a que los sistemas democráticos estén perdiendo la capacidad de comunicarse con el entorno, que ya no puedan identificar las necesidades y las problemáticas que existen en el exterior.
Según la “teoría de los conjuntos”, atribuida a Arthur Bentley y David Truman: “los individuos con intereses comunes actuarían de manera voluntaria para intentar promover dichos intereses”.
Esta teoría supone la idea de que los grupos tienden a actuar para apoyar sus intereses de grupo, siendo esta una derivación de su comportamiento racional. Esto se traduce en que si los miembros de algún grupo tienen un interés o un objeto común, y si todos estuvieran mejor si se lograra ese objetivo, los individuos de ese grupo actuarían coordinadamente para alcanzar dicha meta.
La realidad demuestra en estos casos que la teoría no está disociada de la praxis: las soluciones son necesariamente colectivas. Yendo, no tan lejos, en el tiempo ha quedado claro que ante la emergencia, la colaboración entre los individuos fue la única manera de estar preparados para hacer frente a la coyuntura. Esta filosofía no es nueva, al menos para quienes ya vienen practicando el open source, para quienes entendieron que no hay desarrollo posible de una sociedad con éxitos estrictamente individuales. Esta impronta en el modo de hacer las cosas es una de las premisas de la transformación digital.
En el libro El apoyo mutuo: un factor en la evolución, el ruso Piotr Kropotkin enfatiza en la importancia de la cooperación, la reciprocidad y el trabajo en equipo para el desarrollo evolutivo de una especie. Como ejemplo, pone el comportamiento grupal en especies no humanas, como las abejas y las hormigas; éstas últimas no poseen, de manera individual, los conocimientos para la edificación de un hormiguero, sin embargo, en conjunto hacen uso de la inteligencia colectiva para llevar a cabo su proyecto.
Entre las características que se han descrito de esta clase de inteligencia, está la auto-organización, un estilo participativo, la adaptación constante a los cambios en el entorno, el trabajo en equipo y el comportamiento social interactivo.
A través de la inteligencia colectiva es posible aprender a formular nuevas soluciones a los problemas estructurales que la sociedad individualista nos ha puesto enfrente. En este contexto, colaborar es una magnífica oportunidad para evolucionar como sociedad, además de plantear la posible evolución colectiva entre los ciudadanos.
Interpretar los nuevos tiempos
En una reunión de dirigentes renovadores llevada a cabo a fines del año pasado con la presencia del conductor del espacio Carlos Rovira, el gobernador misionero Oscar Herrera Ahuad sostuvo, visiblemente emocionado, que los dirigentes renovadores tienen la bendición de la historia de haber nacido políticamente en ese espacio y con la conducción del Ingeniero Carlos Rovira, alguien que siempre tiene la palabra justa y da certezas respecto hacia dónde hay que ir. También destacó “la conducción, el orden en la política, la respuesta hacia una línea que genera certezas y genera confianza es el modelo que se impone en una sociedad, no hay posibilidad que la sociedad empatice con alguien si no hay confianza. Y esa confianza se da en la política cuando hay una conducción sólida”.
Rovira ha demostrado sobradamente que es un gran intérprete de los momentos de la historia. Con visión estratégica y prospectiva, siempre se ha adelantado a los acontecimientos. Su apoyo permanente a toda la dirigencia de la Renovación y sus aportes han permitido al gobierno superar todos los escollos que se antepusieron en el camino, como así también lograr los mejores resultados posibles en materia de gestión.
El liderazgo y el perfil de estadista de Rovira lo transforman en el alma máter de un modelo político que ha revolucionado la historia de la provincia.
Con esa formidable capacidad de lectura de escenarios, interpretó que el principal escollo que tiene la política de todo el mundo, de todos los partidos políticos es la participación de la juventud, una cuestión muy difícil de resolver y que representa un activo muy importante en la configuración de las sociedades.
Con la fórmula renovadora, Hugo Passalacqua y Lucas Romero Spinelli lucen como garantes de un modelo de provincia que no ha soltado nunca la mano a los misioneros. En momentos en donde los dos grandes frentes nacionales han demostrado su desconexión con la sociedad, el Gobierno de la Renovación demostró su compromiso estando al lado de la gente. En momentos donde la dirigencia del Frente de Todos y Juntos por el Cambio todavía permanece en los laberintos del poder, enceguecidos por la disputa por espacios y cargos, el gobierno misionerista ha desplegado un modelo de gestión 365 que busca defender los intereses de todos los misioneros y dar respuesta a los problemas y necesidades del pueblo.
La figura de Lucas Romero Spinelli no es casual, se trata de la mejor síntesis la perspectiva evolutiva de la política. El Frente Renovador de la Concordia vive un proceso refundacional sin igual que da paso a lo Neo: chicos y chicas que vienen a aportar nuevas ideas acompañadas por la fuerza movilizante de la juventud.
Estancados
Con total certeza, podemos hablar de los efectos inmovilizantes de la grieta. Basta con mirar hacia las dos grandes fuerzas nacionales. La realidad nos demuestra que tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos están inmersos en un caos, en una confrontación de propios y extraños. La vida de los partidos nacionales sólo gira en torno a las discusiones de candidaturas y espacios de poder. Sin liderazgos con capacidad ordenadora y componedora, las diferencias son cada vez más grandes y el consenso pareciera algo imposible. En este escenario, esperar propuestas o proyectos de esta dirigencia sería algo imposible, no hay la más mínima preocupación e intención de aportar soluciones a la sociedad.
En Misiones, la dirigencia que responde a las estructuras nacionales no logra escapar a los mismos problemas. Los referentes del Frente de Todos brillan por su ausencia en el territorio, en donde se deben resolver las problemáticas de la gente. Todo se reduce a actividades en las redes sociales, lejos del contacto con el ciudadano de a pie.
Situación similar se da en la alianza Juntos por el Cambio, a lo que se le debe sumar el gran dolor de cabeza que está generando en sus dirigentes la imposibilidad de ponerse de acuerdo para el armado de listas con miras a las elecciones provinciales del 7 de mayo.
Es muy difícil para ambas facciones políticas salir de la dinámica de la grieta. Acostumbrados a echarse la culpa unos a otros, cuando deben centrarse en la campaña provincial carecen de herramientas y argumentos que le permitan convencer a los misioneros. ¿Se puede hacer política con interminables acusaciones cruzadas? Probablemente si, aunque su efectividad genera muchas dudas. Los estudios de opinión pública en Misiones marcan una abismal diferencia a favor los candidatos de la Renovación.
La gente busca respuestas a sus problemas y a sus necesidades, y que la defensa de sus intereses esté bien representada. El proyecto misionerista ha trazado un norte y ha dejado en claro con sus políticas públicas y sus acciones que la evolución es siempre hacia adelante.