A cinco meses del inicio del gobierno de Javier Milei, la influyente asociación de bancos globales International Institute of Finance (IIF) emitió este jueves un completo informe en el que abordó los primeros avances de la gestión económica. El análisis, a cargo de Martín Castellano, jefe de Research para América latina, ponderó lo que describió como “una terapia de shock” que se basó en la austeridad fiscal, el endurecimiento monetario y una mayor liberalización para estabilizar la economía. Sin embargo, advirtió sobre la necesidad de avanzar en las reformas para consolidar el ajuste fiscal sin perder de vista el desafiante contexto político que enfrenta Milei a la hora de impulsar esos cambios.
Calculó, además, que el Gobierno necesitará acumular otros USD 10.000 millones en las reservas del Banco Central para animarse a levantar el cepo.
Según afirmó en el informe, la política económica es mucho más cautelosa a la hora de eliminar los controles cambiarios y, si bien reconoce que se han flexibilizado algunas regulaciones, la mayoría de ellas sigue vigente aun cuando el Banco Central logró acumular unos USD 12.000 millones y recortar las tasas de interés en un contexto de crisis financiera.
“Estimamos que la plena liberalización del mercado de divisas, que debería allanar el camino para una recuperación del crecimiento, requeriría 10.000 millones de dólares adicionales en reservas”, calculó Castellanos al tiempo que puso bajo la lupa el respaldo del Fondo Monetario.
“El FMI ha apoyado el programa del Gobierno, mostrándose de acuerdo con el ambicioso plan de consolidación fiscal, a pesar de su preocupación por la calidad y sostenibilidad del ajuste del gasto. (pero) desearía ver más progresos antes de comprometer fondos adicionales, incluida una mayor claridad en el marco de la política monetaria y un apoyo político más amplio”, consideró.
A pesar de esas observaciones no menores, desde la institución resaltaron que pese que las duras correcciones que provocaron un repunte de la inflación y “considerables pérdidas de producción”, el apoyo popular a la nueva administración se mantiene relativamente sólido en medio de lo que describió como “una gran confrontación política”.
Según su perspectiva, el ajuste previo del gasto y el freno a la emisión monetaria para financiar el déficit presupuestario ayudó a contener la inflación, estabilizar el peso y reponer reservas pese a lo cual, observaron Castellano y María Paula Figueroa, responsable de Research para mercados de frontera de América latina junto con la analista Valentina Bonifacio, co-autoras del informe “la inflación sigue siendo de tres dígitos, la actividad económica disminuirá por segundo año consecutivo en 2024, la liquidez externa es baja y la estabilidad del mercado de divisas depende en gran medida de los controles de capital”.
Estas frágiles condiciones, suponen, podrían desencadenar disturbios sociales, complicando la aplicación de las políticas. De ahí que la receta para Castellano y sus colaboradoras es que una rápida caída de la inflación en los próximos meses que mejore el poder adquisitivo y evite una apreciación del tipo de cambio real es clave para mantener la estabilidad del mercado de divisas y seguir acumulando reservas.En ese marco, consideró el IIF, el apoyo político también será clave para la sostenibilidad del programa.
“La creación de un consenso legislativo para aprobar reformas que mejoren la productividad y un paquete fiscal podría desencadenar la financiación externa como parte de un nuevo programa del FMI. Esto ayudaría a eliminar los controles de divisas persistentes y permitiría un repunte del crecimiento en 2025″ resaltó el reporte.
Con menos entusiasmo que los inversores que operan en el mercado y que generaron fuertes subas de los activos argentinos, de la entidad que aglutina a los grandes bancos internacionales advirtieron que se mantiene elevada la incertidumbre sobre el futuro régimen cambiario y que una mayor flexibilidad del tipo de cambio requeriría liquidez exterior adicional. A su vez, tal como ocurrió en el pasado reciente, las oscilaciones de la moneda podrían obstaculizar la desinflación. Por eso es que en el reporte se destacó que “la ejecución de las reformas y una mayor claridad del marco político facilitarían el ajuste fiscal e impulsarían la confianza de los inversores, impulsando el crecimiento”.