Representa una caída del 13%.
El complejo soja representaría u$s22.118 millones, lo que marca un retroceso de u$s2.284 millones. El único producto que tendrá un mejor saldo exportador es la harina de soja por los mejores precios internacionales.
A pesar de los múltiples pronósticos con respecto al impacto que tendrá la sequía en la economía 2023 y por supuesto en las exportaciones del agro y en el ingreso de divisas, todavía no hay un valor certero teniendo en cuenta que la campaña sigue su curso con precios internacionales que se mueven entre diversos factores que van desde el clima, pasado por la geopolítica, hasta la demanda de China.
En este contexto, quizás una de las proyecciones más certeras, teniendo en cuenta el actual escenario de proyecciones productivas y de precios, la brinda la Bolsa de Comercio de Rosario en su último de enero que pronostica que el valor de las exportaciones de los principales complejos del agro durante este año se ubicaría en u$s36.386 millones, mostrando así una merma del 13%, equivalente a u$s5.267 millones por debajo de lo obtenido en 2022.
El dato clave es que en esta cuenta es necesario considerar que en la estimación de despachos al exterior de 2023 (año calendario) impactan dos campañas por cada cultivo. En el caso de los cultivos de invierno, impacta la producción del ciclo 2022/2023 y la futura 2023/2024. En el caso de los cultivos de verano impactan en las exportaciones 2023, los resultados productivos de los ciclos 2021/2022 y 2022/2023.
Desagregando por producto, las exportaciones del complejo soja para el 2023 se proyectan en u$s22.118 millones, u$s2.284 millones menos que lo obtenido el año anterior. “Aquí cabe mencionar que, a pesar de que se proyecta una caída en los volúmenes despachados de harina/pellets de soja, los mayores precios hacen crecer las proyecciones de valor exportado del producto estrella de la balanza comercial argentina. No obstante, la caída en los volúmenes estimados a enviar al exterior de poroto y aceite de la oleaginosa hace prever una caída en el valor de las exportaciones del complejo para el 2023”, detallan desde la entidad rosarina.
Más concretamente el poroto de soja representaría exportaciones por u$s1.500 millones, lo que marca un retroceso de u$s1.700 millones respecto al año previo. Los envíos de harina / pellets de soja mostrarían un crecimiento de u$s581 millones para alcanzar así los u$s13.000 millones. En cuanto al aceite de soja se esperan envíos por u$s5.700 millones, con una caída de u$s1.118 millones. Finalmente para el rubro biodiesel no se esperan grandes cambios ya que las exportaciones alcanzarían los u$s1.879 millones, apenas unos u$s15 millones adicionales que en 2022.
Continuando con el resto de los cultivos, el complejo maíz alcanzaría despachos por u$s8.787 millones en el 2023, implicando un recorte de u$s500 millones respecto de lo obtenido en 2022. Las estimaciones para el complejo trigo ascienden a u$s2.156 millones para el año que corre, implicando una caída de u$s2.358 millones o 53%. Justamente el cereal fue uno de lo más afectados por la sequía en la campaña 2021/22 y la merma en el ingreso de divisas ya puede evidenciarse concretamente en la liquidación que está mostrando el sector durante este mes que cerraría en total con poco más de u$s1.000 millones.
A su vez, el complejo girasol alcanzaría exportaciones por u$s1.756 millones, u$s122 millones por debajo de la marca del 2022 en tanto que el complejo cebada registraría despachos por u$s1.569 millones, prácticamente sin cambios respecto del año previo. Por otra parte, considerando que las importaciones temporarias de soja se proyectan en u$s3.717 millones, las exportaciones netas del sector alcanzarían u$s32.669 millones; esto es, u$s6.865 millones menos que lo alcanzado en el 2022.
Lógicamente las exportaciones de los principales complejos agroexportadores todavía pueden cambiar teniendo en cuenta el desarrollo de la campaña agrícola y los precios internacionales a cosecha que por el momento se mantienen en valores relativamente altos pero bastante lejos del récord mostrado en 2022 cuando incluso la soja supero los u$s600 la tonelada.
Otra cuestión clave es que en este balance tampoco se incluyen a las exportaciones de carne, leche y economías regionales, todas actividades que están sufriendo los efectos de la sequía e indefectiblemente tendrán un retroceso en sus volúmenes exportados y, si los precios internacionales no acompañan, la merma en los envíos podría sumar más de u$s10.000 millones adicionales. (ambito.com)