El cerebro no está exento de padecer consecuencias de las altas temperaturas como las que se están registrando este verano en buena parte del país. Pero, ¿de qué se trata esta afección del calor sobre nuestro principal órgano?
Para empezar, las altas temperaturas confunden al hipotálamo, y se produce una hiperexcitación del cerebro, por lo que nos cuesta más conciliar el sueño, el que es tan importante para realizar «funciones de mantenimiento» necesarias para su correcto funcionamiento.
El límite de los 40 grados
Se puede establecer un límite de temperatura cercano a los 40 grados, a partir de los cuales nuestro cerebro no funciona correctamente. Gracias a nuestro hipotálamo -la región del que regula la temperatura- somos capaces de mantener una temperatura constante de unos 37, pero cuando nuestro cuerpo alcanza temperaturas por encima de los 40, el hipotálamo deja de funcionar correctamente y no controla nuestro sistema natural de enfriamiento, la transpiración (el sudor). Es entonces cuando podemos sufrir un golpe de calor.
En esta situación, el sistema nervioso es especialmente vulnerable. Como el hipotálamo tiene que trabajar en exceso para mantener una temperatura corporal adecuada, deja en un segundo plano otras funciones vitales como la atención, que se ve ralentizada. Y algo similar pasa con el sistema de comunicación cerebral: los impulsos nerviosos tardan más en propagarse y por tanto nuestra capacidad de respuesta es mucho más lenta. La consecuencia es que estamos más cansados y apáticos.
Consecuencias en el cerebro
- Irritabilidad y confusión.
- Falta de sueño.
- Caída en la atención.
- Cansancio y apatía.
Ojo con las bebidas frías
Si llegados a este punto usted está pensando que una posible solución al calor sería tomar una bebida bien fría, debe advertirse que a nuestro cerebro no le gustan nada los cambios bruscos de temperatura. Es que al beberla, puede sufrir una cefalea por crioestímulo o, dicho de otra manera, una sensación fuerte de dolor de cabeza al tomar algo frío. Estamos confundiendo al sistema circulatorio, el cual a su vez vuelve loco al cerebro. Y este responde con un toque de atención en forma de dolor.
(Fuente: Ámbito)