¿Cómo saber cuál es el aire acondicionado que mejores prestaciones ofrece? ¿Cuál enfría más? ¿Cuál consume menos? Son algunos de los interrogantes que pueden surgir a la hora de adquirirlos. Frente a este escenario, las etiquetas de eficiencia energética cumplen una gran función y son obligatorias.
El etiquetado le permite al público comparar y decidir entre diferentes opciones, aquella que, a igual prestación, le asegure menor costo en energía durante toda su vida útil. Si se tiene en cuenta el valor de la energía y que el uso, este ahorro se torna significativo.
En términos generales, todas las etiquetas se componen de dos partes: la superior, más visual, constituida por barras horizontales de colores en escalera descendente donde cada «escalón» representa un nivel de eficiencia energética. Y luego, la parte inferior, que apunta a su funcionalidad o desempeño.
En el caso de los aires acondicionados, existen dos etiquetas distintas que varían según el equipo sea de tipo dividido (on-off o inverter) o compacto.
En el primer caso, se califica la eficiencia energética (EE) mediante un sistema comparativo que se compone de 7 clases identificadas por las letras A+++, A++ y A+, A, B, C y D, donde la letra A+++ se le adjudica a los aparatos más eficientes y la D a los menos eficientes.
En el segundo, las clases también son 7, pero su escala va de la «A» a la «G», donde la letra «A» corresponde a los productos más eficientes y la «G» a los menos eficientes.
A su vez, como se puede observar en la siguiente infografía, la etiqueta indica también su capacidad de acondicionamiento, las prestaciones del equipo (si es solo refrigeración o refrigeración y calefacción) y el consumo de energía anual en cada modo, entre otros.
En nuestro país, desde el año 1999 la ex Secretaría de Industria, Comercio y Minería estableció por medio de la resolución Nº 319/99 la obligatoriedad de la etiqueta de eficiencia energética en artefactos eléctricos de uso doméstico: lámparas compactas, refrigeradores, acondicionadores de aire, motores, lavarropas, TV, termotanques, hornos microondas y balastos. A su vez, determinó que estos productos deben ir acompañados por una ficha informativa que amplíe los puntos presentes en la misma. Asimismo, se ha resuelto que los productos deben ofrecer un valor mínimo de eficiencia energética. Por debajo de esos niveles, está prohibida su comercialización. Para aires acondicionados la clase mínima para refrigeración es de tipo A y para calefacción de tipo C.
Para favorecer la concientización acerca del uso responsable de la energía desde IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación) han desarrollado un portal exclusivamente dedicado al tema. El sitio www.eficienciaenergetica.org.ar fue pensado para aportar información de valor a la sociedad, ya que detalla cómo leer las etiquetas de EE en los artefactos eléctricos que representan un mayor consumo: aires acondicionados, heladeras, lavarropas eléctricos, y artefactos de iluminación, entre otros.
(Fuente: Télam)