«Mitaí Re-Creativo» fue un dispositivo de alto impacto implementado en diez municipios, durante el verano. Más de 9.000 niños, niñas y adolescentes encontraron un espacio recreativo de contención, acompañamiento y aprendizaje.
«Más de 9.000 familias contaron con un Estado presente en materia de educación de calidad, dando cuenta de que, en Misiones, la educación no se toma vacaciones», destacaron desde el Ministerio a cargo de Miguel Sedoff.
Esto fue posible con la dedicación y el compromiso de los municipios que articularon con la Subsecretaría de Educación el trabajo de 39 talleristas que se hicieron presente en 135 barrios misioneros. Con vocación de servicio y la empatía como bandera, estos docentes dedicaron 400 horas de trabajo durante 32 días.
Los municipios que fueron testigos de la iniciativa fueron Garupá, Apóstoles, El Soberbio, Ruiz de Montoya, Montecarlo, Puerto Libertad, Santo Pipó y Aristóbulo del Valle.
Luego de analizar toda la información recabada por los profesionales, se evidenció que 32% de los chicos que acudieron a los Mitaí Recreativos durante este verano debían materias de la escuela y al menos seis de cada diez se habían llevado lengua o matemática. Además, el 13,35% adeudaba ciencias sociales, el 12,85% naturales, el 8,38% inglés y el 4,8 educación física.
La mayoría de los chicos tenían entre 5 y 12 años, siendo el grupo de 11 años el más numeroso (1.321). La convocatoria también logró la adhesión de los adolescentes de 13 a 16 años de 98 escuelas secundarias, aunque bastante menos.
La mayoría de los chicos (6.168) no tenían materias pendientes, acudieron para divertirse y disfrutar de las vacaciones. “El propósito era que todos los chicos y chicas que participaron de los espacios Mitaí vuelvan a la escuela y sepan que aún pasando un tiempo divertido y de entretenimiento, se aprende mucho”, destacó la subsecretaria de Educación, Rosana «Cielo» Linares.
Aprender jugando
En los Mitaí, los chicos tuvieron la posibilidad de pasar por los espacios deportivos, artísticos y acuáticos reforzando competencias específicas como cálculos mentales, comprensión lectora y expresión oral, aprendiendo juntos y desplegando habilidades en un contexto lúdico que propicia el vínculo positivo y el aprendizaje colaborativo.
Según contó uno de los profesores de educación física, “en todas las planificaciones de los juegos, que las hacemos específicas para las jornadas de Mitaí, siempre buscamos involucrar la estimulación y la ejercitación, como el famoso ‘jabonoso’ con la lona y el detergente, donde los chicos primero tienen que responder algún cálculo de suma, resta, multiplicación o división para obtener su turno”.
Según precisó otra de las docentes, “todos los juegos, dibujos y charlas que tenemos con los que asisten terminan en una rúbrica que sintetiza las actividades, es decir todo confluye en un equipo que sigue la trayectoria educativa de cada estudiante y determina si deberíamos recomendarle que vaya a un centro de apoyo, y qué temas debería reforzar”.
Objetivo pedagógico
Los espacios Mitaí forman parte del programa Volvé a la Escuela o su nuevo nombre “Aprendé +” y trabajan en forma articulada con los centros de apoyo. Esta iniciativa tuvo su prueba piloto el año pasado en Garupá, y en el 2023 se extendió el trabajo a diez municipios.
Se esperaba alcanzar a 6.000 niños y adolescentes pero la convocatoria superó esta expectativa porque superaron los 9.000 chicos que acudieron a los espacios Mitaí.
“Junto a los intendentes, observamos qué sectores no accedían a una colonia de vacaciones o una actividad recreativa y nos propusimos brindarles esta propuesta de recreación pero con una finalidad pedagógica”, recordó la subsecretaria de Educación.
Junto a centros de apoyo
Uno de los objetivos de hacerlo en verano fue para poder fortalecer la cantidad de estudiantes que aprobaron materias al inicio del ciclo lectivo. “Cada semana, recibíamos decenas de planillas y sistematizábamos los datos obtenidos de las actividades lúdico-pedagógicas. Después, con el equipo de coordinación de la Subsecretaría de Educación decidíamos ‘a estos chicos hay que invitarlos al Centro de Apoyo a trabajar lectoescritura’, por ejemplo. O ‘hay que enseñarles cálculo y geometría’. Eso, en el medio de tanto juego, lo trabajamos durante enero y febrero”, detalló Linares.