Los resultados del último censo nacional, dados a conocer en la semana que acaba de concluir, confirmaron la posición de Misiones en la región Nordeste y la injusticia a la que se encuentra sometida en la distribución de la coparticipación federal.
Respecto de la población hay un notable liderazgo: es la más poblada del NEA. Y al mismo tiempo parece ser su “condena” porque la más poblada, o sea Misiones, es la que menos coparticipación federal recibe. Y si esto ya se sabía desde hace tiempo ahora la confirmación no hace más que reabrir la vieja herida, relanzar el reclamo. Ratificando, además, la coherencia del misionerismo dominante como concepción política, en un año electoral en el que cobra particular vigencia.
No son muchos los meses que distan de la convocatoria provincial a comicios: el 7 de mayo la ciudadanía misionera volverá a las urnas para elegir gobernador, intendentes, diputados, concejales. Hay un definido predominio de la fórmula de la Renovación que pondera experiencia y juventud con el acento puesto doblemente en la educación: Hugo Pasalacqua tiene experiencia como gobernador y legislador, pero también como ministro de Educación. Su compañero de fórmula Lucas Romero Spinelli suma la educación disruptiva, las nuevas tecnologías, la apuesta a la economía del conocimiento, el Silicon Misiones.
Para los demás cargos hay numerosos candidatos, desde diputados que quieren volver a sus ciudades con la sumatoria de su experiencia legislativa, como Mabel Cáceres ex intendente de Santo Pipó; los intendentes que buscarán la reelección; legisladores provinciales que al llegar al fin de sus mandatos aspiran a los cargos municipales porque consideran que han adquirido un bagaje de conocimientos que pueden ser útiles a sus lugares de residencia.
En cambio, en la oposición pareciera que sólo hay disputas para ver quiénes se posicionan en los primeros puestos de las candidaturas a cargos legislativos. “Primero gánenle a Rovira” les habría dicho un Horacio Rodríguez Larreta que busca la presidencia de la Nación pero que no quiere inmiscuirse en las elecciones provinciales, conocedor del liderazgo del presidente de la Cámara de Representantes y del Frente Renovador de la Concordia Social.
De todos modos, las candidaturas opositoras siempre estarán recostadas en las figuras nacionales de cada alianza política con la conducción centrada en Buenos Aires. En el ámbito de la política el centralismo se mantiene vigente en las fuerzas políticas nacionales, sin que el federalismo haya logrado siquiera poner un pie en esas conceptualizaciones y no ha superado el mero discurso proselitista. Porque como en cualquier otra actividad la veracidad de cuanto se declama se evidencia en los hechos.
De ahí que también aquello relativo a la injusta coparticipación federal encuentre efectivo reclamo en la Renovación. No sólo por demandar una nueva coparticipación federal adeudada desde la Reforma Constitucional del ’94, sino buscando alternativas que permitan superar esa injusticia en los hechos y para beneficio de la población. Llámense Presupuestos Nacionales en los que logró incluir las demandas en obras y servicios – que la oposición no acompañó en el 2021-; en la Zona Aduanera Especial, a la que se opusieron los senadores de la oposición.
De hecho, ni siquiera los diputados nacionales de Juntos por el Cambio elector en los últimos comicios aceptaron la invitación del gobernador Oscar Herrera Ahuad de sumarse a los reclamos provincialistas. Prefirieron ponerse al servicio de los intereses partidistas y de corte centralista, con una adhesión a la figura del gobernador de Corrientes que no halla explicación más que en afinidad ideológica e en los intereses de las grandes empresas de la vecina provincia o de alguna provincial que quiere litigar judicialmente en la justicia federal que tiene sede más allá del Chimiray.