El humor de la sociedad por ahora aguanta. La pregunta es hasta cuándo. Con una administración con escasa fuerza parlamentaria y nula presencia en los gobiernos distritales, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Wening, consideró al apoyo social como un pilar central para la sostenibilidad del plan económico.
La presentación que realizó el número dos de Santiago Bausili en Washington celebró el acompañamiento de la sociedad: “Luego de 4 meses de gobierno, la confianza en la gestión de Milei sigue siendo elevada, como suele ocurrir después de una elección”, dice el texto que fue presentado ante inversores.
Pero en las últimas horas la Universidad Torcuato di Tella publicó la evolución mensual del Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) que mostró una caída del 4,4% en abril. Según el relevamiento, la confianza actual es 9,9% menor al de la medición de abril de 2016 al comienzo del mandato de Mauricio Macri y está 25,4% por debajo de la de abril de 2020 con Alberto Fernández.
Según el informe de la Escuela de Gobierno de la Universidad di Tella, la variación del ICG fue negativa en cuatro de sus cinco componentes: evaluación general del gobierno, preocupación por el interés general, eficiencia en la administración del gasto público, capacidad para resolver problemas. Solo mostró un repunte en la consideración de la “honestidad de los funcionarios”.
La luna de miel comienza a agotarse al ritmo de la caída del ingreso y el empleo. El mismo relevamiento muestra que las perspectivas económicas empeoraron entre los encuestados. El grupo de personas que creen que la situación económica mejorará dentro de un año cayó un 2%, lo mismo que quienes creen que se mantendrá igual. Lo que se incrementó un 5% es la porción de pesimistas, que creen que empeorará. (ambito.com)