Lo hizo a través de un mensaje que le brindó a la Cumbre sobre Colonialismo, Descolonización y Neocolonialismo, que se realizó en El Vaticano, y fue organizada por el Comité Panamericano de Jueces y Juezas por los Derechos Sociales y Doctrina Franciscana (Copaju), y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.
En su comunicado refirió acerca de los «nuevos colonialismo», sobre nuevas formas de conquista, a través de la política y la economía, es decir sobre la dependencia de naciones hacia las potencias mundiales.
El Papa Francisco dejó entrever que «El colonialismo se virtualiza, se mimetiza y se esconde, dificultando su detección y neutralización». Y ejemplifico con el caso de la República Democrática del Congo, un país independiente desde hace más de 70 años, sin embargo continúa sujeto a acciones que por un lado le garantizan diversas ventajas, por otro conllevan a una explotación de sus recursos.
«El entrelazado con el económico-político, es el fenómeno de la colonización ideológica» afirmó el sumo pontífice.
Asimismo solicitó hacer el esfuerzo necesario para terminar con las prácticas neocoloniales y las expresiones derivadas del racismo y segregación social. Para cumplirlo afirmó que es necesario entrar al fenómeno, “comprenderlo, detectarlo en el propio seno de nuestras instituciones judiciales y no dar crédito a las posturas negacionistas que adjudican al diagnóstico neocolonial un origen conspirativo o fantasioso”.
Sobre la colonización ideológica comentó que la actualidad, es un tendencia que busca a estandarizar, a igualar todo, mencionó que obedece a una mentalidad que no tolera las diferencias y se centra sólo en el momento presente, en las necesidades y los derechos individuales, a menudo descuidando los deberes hacia los más débiles y frágiles.
Ante esta situación mencionó que ninguna potencia ni política, económica, ideológica está habilitada para determinar de forma unilateral la identidad de una nación o grupo social. «El sometimiento y la expoliación de los pueblos a través del uso de la fuerza o de la penetración cultural y política es un crimen. Configura un crimen porque no hay chances para la paz en un mundo que descarta poblaciones y oprime para saquear».
Por último pidió perdón por los actos de algunos creyentes que contribuyeron directa o indirectamente a los procesos de dominación política y territorial de varios pueblos de América y África. “También lo pido por los errores o las omisiones que en el presente se hayan producido o se estén produciendo.
“Como contrapartida, ratifico mi firme voluntad para actuar, con la doctrina social de la Iglesia, en pos de la reversión de los procesos neocoloniales que afligen a la humanidad” concluyó.