La ansiedad es un trastorno de salud mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien existen diversas estrategias para tratarla, una que ganó popularidad en los últimos años es la de incorporar una mascota en la vida de las personas que la sufren.
Según un estudio de la Universidad de Basilea, Suiza, ver, sentir y acariciar a una mascota incrementa los niveles de actividad del cerebro, la zona vinculada a la interacción social. Los resultados de la investigación se basaron en la forma en la cual 21 voluntarios interactuaban con mascotas reales y con peluches, y cómo el movimiento en el área del cerebro continuaba aún cuando el animal no estaba presente.
Acariciar mascotas: efectos terapéuticos
- Reduce la ansiedad o nerviosismo.
- Disminuye el estrés: cuando se acaricia a una mascota, se activa la secreción de la serotonina y la dopamina, ayudando a mantener un buen estado de ánimo.
- Mantiene el corazón sano: baja la presión arterial
- Funciona como antidepresivo: disminuye el sentimiento de soledad.
Reduce el estrés
Las mascotas, en particular los perros y gatos, pueden disminuir los niveles de estrés en sus dueños. El simple acto de acariciar a una mascota puede liberar hormonas como la oxitocina y reducir el cortisol, la hormona del estrés. Esta interacción física con una mascota puede proporcionar una sensación inmediata de calma y alivio.
Apoyo emocional constante
Las mascotas ofrecen compañía constante, lo que puede ser especialmente reconfortante para quienes luchan con la soledad y la sensación de aislamiento que a menudo acompaña a la ansiedad. La presencia de una mascota puede brindar consuelo en momentos de angustia.
Responsabilidad
El cuidado de una mascota implica establecer una rutina diaria, lo que puede ser beneficioso para las personas con ansiedad. Tener que alimentar, sacar a pasear y cuidar de una mascota promueve la estructura en la vida cotidiana, lo que a su vez puede reducir la sensación de caos y proporcionar un sentido de propósito.