Y lo hizo momentos antes de recibir el diploma de gobernador electo de Misiones. Habló entonces de la responsabilidad que significa que un millón y medio de almas depende del acierto o de lo yerros de quien administra la cosa pública.
Pero declinó opinar sobre la posición del gobierno nacional ante los hechos de Jujuy, abogando que “todo termine en paz, como debe ser”.
Tampoco quiso adelantarse a lo que pudiera acontecer en el armado de las listas nacionales para las Paso.