“Es un reconocimiento a los años de trabajo y de esfuerzo de su titular, Gustavo Agüero”, señaló Carolina Ortega, encargada de la Agencia 237, de Itaembé Miní, que obtuvo el mayor crecimiento porcentual intermensual durante el mes de junio (34,58%).
Tras obtener el reconocimiento por parte del IPLyC, la responsable contó que el negocio, que está a punto de cumplir quince años de permanencia en manos de Agüero, comenzó como una subagencia. “Él era vendedor del dueño original y cuando el comerciante decidió retirarse, se convirtió en titular. Empezó con una maquinita y un pequeño mostrador en este amplio salón” que hoy brinda variados servicios sobre la avenida 131 (continuación avenida Jauretche) y la calle 13.
Ortega cree que el propietario “ganó” muchos clientes con su carisma. “Hace un tiempo no viene a trabajar por cuestiones de salud, pero los clientes lo extrañan, preguntan constantemente. En la zona todos lo conocen, en el barrio se la conoce como la agencia de Gustavo, él hizo su clientela en base a su carisma y a la constancia, porque estaba todos los días”, añadió la mujer, que forma parte del equipo desde hace cuatro años.
Recordó que cuando se empezó con el negocio no había asfalto, no estaba el polideportivo, con el paso del tiempo este espacio se fue transformando, poblando y se fue generando movimiento. “Ahora existen locales comerciales desde el inicio de la avenida. Anteriormente esto era prácticamente la nada, pero él se quedó en este lugar, que ahora es estratégico”, graficó.
Ortega aseguró que Agüero “se siente muy feliz por haber obtenido la distinción de Agencia del Mes. Cuando nos habían comunicado la decisión, le mandamos un mensaje para hacerle saber y la verdad es que se mostró muy contento, es un reconocimiento por tantos años de trabajo, esfuerzo, sacrificio, de estar, entonces para él esto es muy importante”.
El día a día
Al hablar de su experiencia al frente del mostrador, dijo que “esto es parte de tu vida, el día que no hay quiniela ya estás pensando, extrañando el vínculo con la gente que te quiere contar qué es lo que soñó, porqué juega tal número, que es el cumpleaños de la nieta o de la sobrina y te pregunta cómo jugar, y uno se va haciendo amigo. Acá sabemos los nombres de casi todos los clientes entonces se sienten como en familia, como que este es su lugar de pertenencia”.
Las actividades se inician a las 8.30 hasta las 14 y desde las 17 y hasta las 21, comandadas por Ortega y por Federico Giménez, aunque Agüero es quien organiza todo desde afuera. «Queremos que vuelva porque es como que falta la pieza fundamental de la agencia”.
Es una constante que los vendedores comenten a los clientes sobre el monto de la Poceada Misionera, sobre los nuevos juegos y cómo jugarlos. “Hay gente que viene solo porque soñó algo o porque es el cumpleaños de alguien, pero nosotros incentivamos a jugar a otras variables como La Trinka, La Triplona. Nos tomamos el tiempo para explicarles. Hay muchos que acostumbran a jugar de la misma manera. Te dicen el número y sabes cómo tenes que confeccionar la boleta. Ayudamos a la hora de generar usuarios de GuazuBet porque muchos quieren participar, pero tienen un poquito de miedo”, comentó.
Admitió que “siempre tratamos bien al cliente, para que se sienta bien y para que vuelva. Cada tanto se hacen sorteos, como para el Día del Padre o de la Madre, cositas pequeñas para incentivarlos y también para reconocer que son ellos lo que siempre están y nos eligen”.
Sigue en primera
Lo que más se vende es la quiniela, ratificó Ortega. “El producto madre es el elegido. La gente viene a jugar a la quiniela y después ve otras cositas. Se vende mucha Poceada, sobre todo cuando el pozo está alto, como ahora. Colocamos el cartel con el monto y les decimos que está vacante, y muchos ingresan al local por eso. Hay quienes juegan diariamente una boleta, pero cuando empieza a aumentar el pozo hacen cuatro o cinco cupones”.