El justicialismo y las fuerzas provinciales se encolumnaron detrás de Ignacio Lamothe y lograron su reelección al frente del Consejo Federal de Inversiones. Acuerdo para colocar hombres de JxC en puestos jerárquicos y advertencia a Nación por Presupuesto 2025.
Tras días de negociaciones frenéticas, gobernadores de todo el país reeligieron este martes a Ignacio Lamothe como titular del Consejo Federal de Inversiones (CFI), en una elección donde el dirigente logró apoyo unánime del peronismo así como también respaldo de fuerzas provincialistas, que fueron clave para inclinar la balanza a su favor.
El evento se realizó en la sede del CFI, ubicada en el barrio porteño de Retiro, desde las 10 de la mañana. Hasta allí llegaron jefes provinciales y autoridades de las 22 provincias que integran el organismo -la Ciudad de Buenos Aires y San Luis no forman parte-, quienes definieron la continuidad por otros cuatro años del actual director del espacio.
Por unanimidad
La jornada comenzó con incógnitas en torno a la posición de los mandatarios de Juntos por el Cambio (JxC) que intentaron, hasta última hora, presentar un candidato de unidad para disputar la comandancia del órgano. Aunque Lamothe tejió buenos vínculos con todos los distritos, lo cierto que es que, con 8 gobernadores, los amarillos vieron la oportunidad de llenar el espacio.
Sin embargo, la vertiginosidad del proceso y la falta de una mirada unánime les impidió lograr un postulante que satisfaga a todas las partes. Por eso, el escenario en el que confiaban entre los pasillos del edificio ubicado en San Martín 871 terminó haciéndose realidad: el funcionario fue reelecto por unanimidad, tras acuerdo entre los líderes de Unión por la Patria (UP), JxC y las fuerzas provincialistas.
No obstante, la coalición amarilla hizo valer su poder de fuego y logró que Sebastián García de Luca, el potencial candidato que contaba con mayores simpatías entre la tropa PRO, sea director segundo del órgano, mientras que otro puesto gemelo quedó vacante pero también sería adjudicado a ese espacio.
Lo más sustancial de la jornada fue que el acuerdo entre los jefes provinciales contempla un cambio de presidente de la Asamblea, puesto que actualmente ocupa el peronista Gildo Insfrán, de Formosa. Ese lugar se definiría en los próximos meses y podría ser para el santafesino Maximiliano Pullaro, de la Unión Cívica Radical (UCR). Más allá de las diferencias de filiación política, en las filas cambiemitas ponderaron el trabajo de Lamothe. «La mayoría ha trabajado cómodo con él y sin problemas», confiaron desde el entorno de un gobernador.
Cabe destacar que para ganar la elección, se necesitaron dos tercios de los votos de los presentes. Con el objetivo de sumar doce voluntades, los amarillos comenzaron a tejer lazos con fuerzas provinciales. Por ejemplo, a las ocho manos alzadas propias les sumaron otras dos: la del santacruceño Claudio Vidal y la vicegobernadora de Córdoba, Myrian Prunotto (Martín Llaryora está de viaje en EEUU). No fue suficiente, ya que los patagónicos Alberto Weretilneck (Río Negro) y Rolando Figueroa (Neuquén) definieron a favor de la actual conducción.
El campamento peronista, por su parte, logró un objetivo ambicioso: no solo que sus jefes provinciales votaron abroquelados, sino que además lo hicieron en espejo con antiguos aliados, como el propio Weretilneck o el salteño Gustavo Sáenz. Dentro de la órbita celeste, estuvieron Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur). También Raúl Jalil (Catamarca), quien se alejó de la órbita celeste. No fue de la partida, en cambio, el tucumano Osvaldo Jaldo. Ese movimiento podría marcar una inflexión a futuro y reeditar alianzas estratégicas de un pasado no tan lejano.
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