A raíz del pronunciamiento de la Federación de Asociaciones Rurales y Forestales de Misiones (FARM), entidad adherida a la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en el que se alerta que la prohibición del glifosato hará “detonar al sector productivo” de la provincia, desde el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) ratificaron con firmeza su adhesión a la prohibición la utilización del glifosato, sus componentes y afines, aprobada por medio de la llamada «Ley de Promoción de Producción de Bioinsumos» en julio de 2023 en la Cámara de Representantes de Misiones.
La norma comenzaría a regir plenamente en julio de 2025, cuando se cumplan dos años de su publicación oficial. Mientras tanto, se realiza una “transición progresiva del cambio cultural de los sistemas productivos”. Según información oficial, actualmente la Provincia ejecuta acciones de recuperación de suelos, incorporación de árboles y cubiertas verdes implantadas, caminos para la recuperación del agua y técnicas de cosecha que mejoran la estructura de las plantas; con el fin de disminuir los problemas sanitarios y reducir el ataque de plagas, evitando el uso de herbicidas y garantizando una producción de calidad sostenida en el tiempo, con potencial para los mercados más exigentes del mundo,donde ya no se admiten alimentos con sustancias tóxicas.
El comunicado de FAR, difundido días atrás, sostiene que esta Ley es “inconsulta e irresponsable” y afirma que “dejará secuelas inimaginables”. En ese sentido agrega que Misiones “presenta un clima que necesita imperiosamente el uso de herbicidas”, en especial la producción intensiva orientada al té, la yerba mate y la forestación. Y refieren que “no será posible de llevar delante de manera eficiente lo que desencadenará desinversión y quebranto”.
«Creemos pertinente recordar que el MAM ha impulsado el cese del uso de agrotóxicos desde hace muchos años, por ser altamente perjudiciales para la salud de las personas y el ambiente. Nuestro posicionamiento no es improvisado ni caprichoso: existen evidencias concretas y estudios científicos contundentes como los que desarrollaron Andrés Carrasco y Hugo Gómez Demaio, los cuales confirman que el glifosato produce cáncer, malformaciones congénitas, abortos espontáneos, entre otros dramáticos efectos», señalaron desde el Movimiento por medio de un pronunciamiento.
Allí, recuerdan que hace un año, cuando se aprobó la Ley, manifestaron estar «totalmente de acuerdo» con que haya una decisión firme de ir prohibiendo determinados productos como el glifosato, que es uno de los tantos que se usa en las producciones rurales de Misiones.
Señalar que en Misiones se utilizan grandes dosis de agrotóxicos en las plantaciones de yerba mate, tabaco, té y en la actividad forestal: «Estos productos deterioran la tierra y donde se utiliza ya no crece nada más nada. Sin embargo, se ha comprobado que con bioinsumos es posible recuperar y enriquecer los suelos», advierten.
Asimismo, consideran que durante la actual transición del uso de agrotóxicos a otros insumos biológicos orgánicos «es imprescindible que el Estado refuerce su asistencia a los productores familiares, para que no padezcan grandes pérdidas económicas». Al tiempo que enfatizan la necesidad de institucionalizar un mecanismo eficaz de apoyo, para el traspaso progresivo a una forma agroecológica de producción, con canales de diálogo y articulación directa con las organizaciones de agricultores.
«Advertimos que la resistencia a este incipiente cambio de paradigma proviene de los mismos sectores que apuestan por la desregulación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Buscan que los grupos concentrados avancen aún más sobre las tierras y hacer grandes plantaciones de yerba. Y el glifosato les garantiza eso. Lo mismo ocurre con el pino, que pudo extenderse como monocultivo en enormes extensiones de tierra mediante el uso indiscriminado de agrotóxicos», expresaron desde el MAM.
Finalmente, manifestaron que desde la organización permanecerán atentos «en actitud de vigilancia crítica», para que se alcance una efectiva implementación de la Ley y, a la par, se generen políticas públicas que consoliden las alternativas.
Insistieron en la necesidad de establecer mayores controles a las grandes empresas y establecimientos, desde donde se muestran contrarios a esta Ley: «Se trata de una conquista muy relevante para el ‘otro campo’, que produce alimentos sanos y frescos y lucha por la soberanía alimentaria y otro modelo productivo, cuidadoso de la salud de las familias y respetuoso del ambiente», contrastaron.
Desde el MAM, junto a numerosas organizaciones agrarias e indígenas de base de la provincia de Misiones, bregan por la continuidad de esta política pública de Promoción de Producción de Bioinsumos, ya que consideran que contribuye al necesario proceso de reconversión de la matriz productiva en la provincia de Misiones.
(Prensa MAM).