La dirigencia nacional, más allá de las partidocracias nuevas y viejas, no ha alcanzado a divisar, ni valorar, lo que sí ha indicado la sociedad como valioso, de alta ponderación, digno de ser alentado, una y otra vez. Y aunque acaso sí lo estén analizando, tampoco las ciencias sociales dieron señales, al menos públicas, de haber advertido los nuevos rumbos señalados.
El canal de expresión elegido fue el del deporte y con el más popular de todos, el fútbol. De modo no antes visto, la sociedad celebró la conquista del tercer mundial en cada rincón de la patria, eligiendo jugadores que ponderaban la amistad, la empatía, la familia, el sentir de argentinidad bien entendido. (Porque aquel cántico evaluado como “racista” –porque vende más y le hace mella al campeón- en realidad hacía referencia a mostrar como propios a quienes vienen de países no industrializados. Claro que en esos países no industrializados sí compartía el interrogante de por qué no integrar las selecciones nacionales del país de origen). La argentinidad bien entendida, además, es la que abre las puertas de par en par a los inmigrantes y ha quedado más que demostrado a lo largo de su más de bicentenaria historia.
Y ocurrió que, de buenas a primeras, esa misma sociedad encontró otro ídolo deportista: con la misma humildad, los mismos valores de la empatía, la amistad, el esfuerzo personal, la persistencia. Las figuras de hijos, madres, padres, abuelos sobrevolaron todos los homenajes ante cada conquista. Y la Fórmula 1 del automovilismo no fue la excepción. Es más renovó fervores argentinos de antiguos y nuevos seguidores.
En Misiones también se incubaba el nuevo deporte – que algunas veces había despuntado ya en diferentes deportes-. Y la pasada semana alumbró la conquista de la copa del Fair Play, en los Juegos Federales Evita. El ponderado juego limpio nada más y nada menos. El deporte hecho juego para el disfrute de propios y ajenos.
Allí estuvo el gobernador Hugo Passalacqua no para sacarse fotos triunfalistas, sino para alentar a los chicos, reiterándoles que habrán de celebrarse siempre las medallas que se conquistan, pero igualmente ponderarse el participar, el haber puesto todo el empeño para integrar la delegación.
Y entonces Misiones suma también en deporte. Hace que las miradas se vuelvan hacia acá. Se proyecta de la mejor manera a nivel país. De la misma forma con que lo hizo con la robótica, la educación disruptiva, las camas de madera en la pandemia, el azúcar mascabo hoy, las ferias francas desde hace 20 años, que ahora florecen en muchas otras ciudades del país. Los bonos de carbono, la política ambiental. La miel exquisita que fabrican sus abejitas felices.
Podrá estar añadiendo a la lista, la inflación más baja en octubre según analistas locales. Acompañando el empeño nacional, como acompañó las leyes impulsadas por el presidente de la Nación, siguiendo su tradicional política de apoyar la gobernabilidad de quien fue electo en las urnas. Con una coherencia que no pueden exhibir ni los radicales, ni los cambistas, ni los libertarios.
Misiones busca adaptarse encontrar fuerzas en las adversidades. En la apertura de la Fiesta Nacional e Internacional de la Yerba Mate, el Gobernador reiteró el apoyo a los productores. Habrá nuevas herramientas en la digitalización y la tarjeta con chip para la trazabilidad. Así como la potenciación del molino de Comandante Andresito para exportar desde el Norte provincial. Siempre buscando salidas.
Cuando el deporte vuelve a ser un juego para el disfrute propio y ajeno (Editorial)https://t.co/vdRuc5HAoA pic.twitter.com/BEObaegRLv
— Jorge Kurrle (@jorgekurrle) November 10, 2024