“Esto es extremo”. Esa es una de las frases más recurrentes que se escuchaban en Nueva York y se escuchan en Washington, entre trabajadores, personas jóvenes, adultos mayores, que ven a esta elección no solamente como un enfrentamiento entre idearios que están en las antípodas en términos políticos, sino también entre dos personalidades absolutamente contrastantes, Donald Trump y Kamala Harris.
La fortaleza de la vicepresidenta y candidata demócrata, al menos en los testimonios que pudimos recabar, tienen que ver con la seguridad social, o lo que perciben será su programa en materia de seguridad social, y los derechos reproductivos, la libertad para las mujeres y el debate central por el aborto. Harris se para en un escenario que le otorga derechos y libertades a las mujeres y se opone a que el gobierno sea el que determine qué hacen las mujeres con sus cuerpos.
Para hacerse fuerte, Trump se para en las debilidades de la gestión de Joe Biden y en la imposibilidad de Harris de despegarse del gobierno del que formó parte. El principal eje de su discurso, al que los jóvenes hacen alusión permanentemente, son los números de su economía. Los testimonios que más se escuchan hacen referencia a que el gobierno republicano dejó indicadores económicos superadores a los que deja el gobierno demócrata.
Otro de los elementos claves para Donald Trump tendrá que ver con su plan en materia de inmigración. Ya ha anunciado un plan de deportación masiva y tiene un discurso duro con respecto a la inmigración, al igual que lo tuvo desde que se presentó por primera vez a una campaña presidencial. Lo cierto es que eso puede jugar un rol en ciertas minorías que normalmente no lo acompañaron, pero que de alguna manera se han sentido interpeladas por ese discurso que hace alusión a los inmigrantes como un costo para el gobierno, costo que es solventado con dinero de los contribuyentes; y que también hace alusión a los empleos que son destinados a buena parte de esta inmigración ilegal y que no están disponibles para algunas de estas minorías. Ese discurso permeó y en parte explica, por qué incluso en el núcleo en el cual generalmente el voto es mayoritariamente demócrata, hay votantes afroamericanos que están optando por Trump después de los años de Biden y Harris.
Se espera que la brecha de género sea quizás la más nítida, la más clara en esta elección. Las mujeres respaldando mayoritariamente a Kamala Harris y los hombres respaldando mayoritariamente a Donald Trump. Por supuesto, también habrá una brecha que tenga que ver con el Estados Unidos profundo, ese que siente que Trump vino para darles una voz a los no escuchados, a los perdedores de la promesa de la globalización. Hay una brecha entre ese país profundo y los centros urbanos. No obstante, probablemente la brecha más nítida sea la brecha de género.
Los inmigrantes que votan a Trump, una paradoja fenomenal
El Estado de la Florida claramente muestra su predilección con Donald Trump. Lo expresan no solamente los ciudadanos americanos que viven aquí, sino también los inmigrantes. La inmigración latina, fundamentalmente la cubana y la venezolana expresa abiertamente su apoyo a Donald Trump, y por supuesto que su apoyo implica también el cierre de las fronteras, la limitación de la inmigración ilegal. Es curioso el fenómeno ¿no?
Los inmigrantes que huyeron de sus países como consecuencia de la persecución política y de las malas condiciones económicas hoy están apoyando a Trump para impedir que los inmigrantes de hoy, que buscan en este país los mismos sueños que buscaron ellos, tengan esas mismas posibilidades. Una paradoja fenomenal y una doble moral.
La gente se queja mucho de la economía y del costo de vida, sobre todo de los alimentos y del combustible.
Entre los votantes de Trump en este estado, también se percibe la idea de que Kamala Harris no solamente representa un valor ideológico distinto, sino que representa el peligro de destrucción de los valores de los Estados Unidos. Es muy impactante ver esto, y es muy impactante el apoyo que se da a muchas de las cosas que Trump sostiene en cuanto a intolerancia hacia el otro.
Así que es un bastión de una condición extrema, este, que se vive en la Florida en general y en Miami en particular, en relación con la expectativa que genera la candidatura de Trump.
Finalmente, otra de las cosas que queda claro es el voto vergonzante. Mucha gente cuando es consultada públicamente no quiere contestar o dice no saber a quién votar. En cuanto se apaga el micrófono en la cámara, esa misma gente dice que ya votó por Trump. Así que esta es la realidad del estado de la Florida en general, que se prepara para vivir una jornada, como dicen aquí los que apoyan a Trump, de euforia y victoria. (TN)