En el primer semestre de 2024 se estrenaron 102 películas nacionales, casi la misma cantidad que en el mismo período del año pasado, cuando llegaron a las salas 107 producciones locales. Sin embargo, el número de espectadores que concurrieron a ver cine argentino registró un derrumbe del 72%. De 844.976 asistentes que eligieron ir a ver películas locales en la primera mitad de 2023, se redujo a 235.421 espectadores entre enero y junio último.
Esta caída duplica el descenso del 32% que sufrió la concurrencia total a los cines en el país, considerando también los estrenos de películas extranjeras que normalmente incluyen una decena de grandes producciones norteamericanas que atraen la mayor audiencia. En total, en el primer semestre se estrenaron 246 films – incluidos los nacionales y los realizados en el exterior – que convocaron a 16.454.229 asistentes a las salas, de los cuales el 98% optó ver una producción foránea.
El gobierno de Javier Milei se basó en estos números para anunciar que “no financiará más películas que prácticamente no lograron captar la atención de los espectadores”. Lo hizo en el marco de la reestructuración del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) a través de un comunicado del Ministerio de Desregulación y Modernización del Estado a cargo de Federico Sturzenegger, difundido hace una semana.
Según los datos oficiales, de 241 películas nacionales estrenadas a lo largo del año pasado, 136 tuvieron menos de 1.000 espectadores en las salas, y 17 producciones no llegaron a 100. Los números no incluyen las visualizaciones en las plataformas de streaming del Incaa de CineAr, donde entre enero y noviembre, se estrenaron 253 contenidos y 5.760.447 personas vieron el canal, según datos de Kantar Ibope Media publicados en el informe de gestión 2023 del Instituto.
Los cambios en el Incaa que impulsa esta gestión incluyen un nuevo enfoque en la financiación de las producciones. El decreto 662/24 introduce modificaciones sustanciales en la distribución de subsidios para el cine nacional. Las medidas fueron acordadas entre la Secretaría de Cultura, dirigida por Leandro Cifelli, el Incaa – hoy está conducido por Carlos Pirovano-, yel ministro Sturzenegger. Pirovano es economista y trabajó con Francisco Cabrera en el Ministerio de Desarrollo Económico durante la presidencia de Mauricio Macri.
En línea con la reducción de apoyo estatal que promueve el gobierno de Milei, en los primeros seis meses del año, los subsidios por parte del Incaa a producciones nacionales también se redujeron un 75%. Mientras que en el primer semestre de 2023 se transfirieron a realizadores y productores cinematográficos un total de $7.766 millones, a valores reales (cifra ajustada por IPC de 2024), ese monto fue de $1.953 millones de enero a junio de este año. Así surge del análisis realizado por Infobae de los datos de ejecución presupuestaria informados por el Instituto en su página web, considerando la inflación correspondiente al período, y de la consulta a distintas fuentes oficiales que vienen trabajando en la reestructuración del Incaa.
Baja en la recaudación por entradas
La caída en la concurrencia a las salas – por la creciente migración de la audiencia a otras plataformas -, impactó en los ingresos del Incaa por la menor venta de entradas: si se comparan ambos semestres, la recaudación sufrió una baja del 82%. A valores reales, lo recaudado por la venta de entradas pasó de $2.472 millones en el primer semestre de 2023 (cifra ajustada por IPC de 2024) a $439 millones entre enero y el 30 de junio último.
Pero el 10% de impuestos que recibe el Instituto por cada entrada de cine que se vende no es su principal fuente de ingresos. Si bien constituye, aproximadamente, el 30% de su recaudación, otro 65% proviene de los impuestos a la publicidad en radio y televisión. El 5% restante corresponde a otros conceptos, como multas y aranceles de distribución de películas extranjeras. En total, los $12.681 millones de ingresos tributarios del Instituto que recibió en el primer semestre del año son el 97% del total de ingresos corrientes del Incaa que, al cierre de junio, fueron de $13.136 millones.
En tanto, los gastos corrientes del INCAA en el primer semestre del año ascendieron a $11.304 millones, de los cuales el 74% ($8.418 millones) estuvieron destinados a sueldos de sus empleados. Esta ecuación se mantiene alta y es el motivo por el que la reducción de la estructura y personal del INCAA es uno de los objetivos que se propuso la gestión de Pirovano. Según difundió el Gobierno, en el 2000, el INCAA contaba con unos 90 empleados. La cifra fue aumentando año a año con las distintas administraciones, lo que disparó la erogación en personal, y obligó al Tesoro a tener que girarle aportes extraordinarios para cubrir sus gastos operativos.
El Gobierno quiere que, a partir de ahora, los fondos destinados a gastos corrientes, estructurales y de funcionamiento no superen el 20% de los ingresos del organismo. “Estas medidas buscan reordenar los gastos para utilizar los recursos de manera más eficiente y promover la Escuela de Cine, la búsqueda de nuevos talentos y una producción audiovisual competitiva”, fue el argumento esgrimido.
“En la anterior gestión, los sueldos y los subsidios se comían todos los recursos”, sostuvo una fuente del INCAA al tanto del detalle de los números del organismo. De los 730 empleados que tenía el INCAA cuando asumió Milei, hoy hay 392, luego de los retiros voluntarios y las no renovaciones de contratos de locación de servicios. “Achicar la estructura requiere dinero”, explicaron en el Instituto de Cine. Y precisaron que del total destinado a sueldos en el primer semestre del año, $2.200 millones correspondieron al pago de 200 retiros voluntarios.
En estos seis primeros meses de 2024, dejaron de trabajar en el Instituto 122 personas, cuyos contratos no fueron continuados por la nueva gestión. Terminar con los contratados fue una de las decisiones que tomaron las nuevas autoridades del INCAA. “Cuando llegó el nuevo titular, la presidencia del INCAA no contaba con auto asignado, pero se encontró con que tenía un chofer con un contrato de locación de servicios por $2 millones por mes. Como no había auto del Instituto para los traslados, el chofer se presentaba con su 4×4 para los traslados del presidente del Incaa. El contrato venía desde la época de (la ex presidente del Incaa) Liliana Mazure y fue dado de baja inmediatamente”, recordaron en el Instituto.
Los subsidios en 2024
Hasta ahora, el Incaa otorga dos tipos de subsidios: el de “taquilla”, que se paga después del estreno en función de la cantidad de espectadores, y el de “medios electrónicos”, que es un monto fijo que no está vinculado a la audiencia que tenga una película, y del cual se otorgan adelantos para la realización del proyecto. Para poder recibir el subsidio de “medios electrónicos”, un Comité de Preclasificación del Incaadebe declarar el proyecto de “interés”, y el presidente del organismo otorgarle esa calificación.
“La anterior gestión otorgó una enorme cantidad de declaraciones de interés a todo tipo de proyectos”, señalan las nuevas autoridades. Y aseguran que de los $1.900 millones que se pagaron en subsidios a junio de este año, “gran parte fueron a películas que ya traían la declaración de interés de antes”. Destacan, también, que el actual titular “no otorgó ninguna declaración de interés desde que asumió” y que “hoy el Instituto tiene una deuda de la gestión anterior en subsidios de $14.000 millones”.
El subsidio de “medios electrónicos” es actualmente de $63 millones para una ficción, de $31,5 millones para un documental y de $80 millones para una película de animación. Se suma al que obtienen por “taquilla”, según la cantidad de espectadores que luego van a ver la película. Sin embargo, existe un tope de $105 millones por realización, equivalente al costo medio de una película con audiencia media.
En la actual gestión son críticos de este sistema porque sostienen que, luego de que un proyecto recibe el subsidio fijo por “medios electrónicos”, luego del estreno se llega fácilmente a ese tope, aún con pocos espectadores. “Esto hace que el productor no tenga incentivo en realizar un producto que tenga mucha audiencia. El espíritu de la ley es construir una industria con productos cinematográficos que la gente vea. Hoy no existe ese estímulo”, explican los que están diseñando los cambios en el funcionamiento del Incaa.
De las 102 películas argentinas estrenadas en la primera mitad del año, 71 obtuvieron subsidios del Incaa, y tuvieron poco más de 1.500 espectadores en promedio. Pero del detalle se desprende que el 50% tuvo menos de 1.000 espectadores; 17 menos de 500, y hubo 6 realizaciones que atrajeron menos de 200 personas en las salas de cine. “Este resultado es peor que el del año pasado”, dijeron fuentes oficiales.
Las otras 31 películas nacionales que no contaron con apoyo del Incaa tuvieron mejor promedio de espectadores, por encima de los 4.000, según los datos oficiales del Instituto. El promedio de espectadores de las producciones extranjeras estrenadas en la primera mitad del año fue de 112.631.
“Queremos reorientar la industria a producciones que la gente quiera ver. Con excepciones, del centenar de películas argentinas que se estrenaron el año pasado, más de la mitad no hubieran sobrevivido sin subsidio del Incaa. La intención es que los subsidios hagan crecer la industria cinematográfica. Por eso no se van a dar más adelantos de subsidios, sino que se va a promover que los realizadores y productores tomen créditos, o consigan financiación propia. Era lo que pasaba antes. Si una película no tiene audiencia después de su estreno, el productor deberá devolver el dinero recibido de su bolsillo. Hoy no tienen ningún riesgo”, señalaron fuentes oficiales ante Infobae.
El decreto 662/24 de reestructuración del INCAA establece que las producciones que busquen subsidios deberán financiar al menos el 50% de sus proyectos con recursos propios. Además, se introdujo un tope máximo al financiamiento de cada producción para evitar que unos pocos proyectos acaparen los recursos estatales. Otra de las disposiciones establece que las productoras que hayan recibido subsidios no podrán solicitar más recursos públicos durante el año siguiente a la finalización de su proyecto.
El INCAA evaluará desde ahora la aptitud de quienes aspiran a los subsidios a partir de varios requisitos, como la presentación de un plan completo de producción, la acreditación del financiamiento del proyecto por un valor equivalente al monto del subsidio solicitado, y un informe sobre los costos finales una vez terminada la película. El monto del subsidio a otorgar no podrá exceder el 20% del Fondo de Fomento Cinematográfico, ni significar más del 50% del costo total de producción del proyecto.
(Fuente: Infobae)