En Posadas, la devoción por San Cayetano, Patrono del Pan y del Trabajo, se mantiene firme a pesar de las adversidades climáticas. El Padre Ángel Rojas, de la Capilla San Cayetano, comentó: “La lluvia no es impedimento; la devoción a San Cayetano es muy fuerte porque es un santo que es de todos.” Según el sacerdote, San Cayetano es visto como un hombre con “un corazón grande, fraterno, solidario con el pobre y el sufriente”. La figura del santo es especialmente significativa para aquellos que enfrentan dificultades económicas y laborales.
Rojas subrayó que San Cayetano ha sido históricamente un símbolo de esperanza y asistencia. “El pobre se vuelve naturalmente con San Cayetano para invocarlo en el trabajo, en la necesidad,” explicó. La devoción hacia este santo ha estado profundamente arraigada en la cultura argentina, especialmente desde finales del siglo XIX, impulsada por figuras como la santa argentina Mama Antula. “Ella le invoca a San Cayetano como el padre de la providencia,” detalló Rojas. Los testimonios de Mama Antula sobre milagros, como la aparición de comida y leña en momentos de necesidad, han contribuido a la popularidad del santo.
Las festividades en honor a San Cayetano en Posadas comenzaron temprano, con la primera misa a las 6 de la mañana y actividades programadas hasta las 21 horas. “A pesar de la lluvia, la concurrencia es masiva», afirmó Rojas. La jornada se dedica a agradecer por el trabajo y el pan, y también a solicitar asistencia en tiempos de necesidad.
El contexto económico del país añade una capa de urgencia a la celebración. “Lamentablemente, nuestro país está pasando momentos muy difíciles», comentó Rojas. “El pueblo padece las políticas económicas que inciden directamente en los alimentos, vivienda, salud y educación.” El sacerdote enfatizó que muchas personas están enfrentando la pérdida de empleo y dificultades económicas, lo que ha intensificado la invocación a San Cayetano.
Además de la oración, Rojas también hizo un llamado a los líderes políticos. “San Cayetano aparece como un recurso que invocamos para ayudar en esta circunstancia,” dijo. “También tenemos que pedir a los gobernantes que tengan sensibilidad social y se preocupen por la gente.” Según el sacerdote, mientras que los números de la macroeconomía pueden parecer estables, el hambre y las necesidades básicas de la población no se resuelven sin una acción concreta por parte de los dirigentes.
La celebración de San Cayetano en Posadas no solo es un acto de fe, sino también un recordatorio de las difíciles condiciones que enfrenta la comunidad, y una llamada a la acción y la empatía por parte de quienes tienen el poder de cambiar la situación.