La escalada inflacionaria afecta fuerte el bolsillo de los argentinos, que se ven obligados a cambiar sus hábitos de consumo para cuidar su bolsillo ante la suba de precios.
Un informe reciente de la consultora Kantar revela que casi siete de cada diez consumidores (66%) se vieron forzados a cambiar sus hábitos en los últimos meses, como producto de la fuerte inflación y la licuación de los salarios. Asimismo, desde Focus Market, la consultora que dirige Damián Di Pace, observan una caída del 13,5% del consumo masivo en el acumulado del primer trimestre.
Tal como explica el presidente de la Federación de almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA), Fernando Savore, esto se da en un contexto en el que, «en diciembre, con el salto inflacionario, se dio un fenómeno de salto fuertísimo de precios, que generó mucha especulación».
La mercadería subió de precio, en la mayoría de los casos, duplicó el valor, y en algunos, incluso, cuadruplicó, tal como el aceite y muchas otras mercaderías. Si bien esa tendencia se aplacó en los dos meses siguientes, ese salto un la inercia inflacionaria posterior redundó, en enero y febrero, en una caída de ventas de los almacenes estuvo entre el 20% y el 22% en ese tipo de comercios, según Savore.
La inflación fuerza a los argentinos a ir por marcas más baratas
En ese contexto, se dio una serie de cambios de hábitos, entre los cuales, sin dudas, uno de los más llamativos es el reemplazo de primeras marcas y productos predilectos por otros más económicos. De hecho, el 51% de los encuestados de Kantar confesó que dejó de comprar sus marcas preferidas para cambiarlas por otras más baratas y un 52% dijo que optó por otras categorías menos costosas en vez de aquellas que solía consumir.
Savore apunta también que, «hoy, la gente se vuelca más a la compra día a día que a las quincenales o mensuales» y detalla que esto tiene que ver con una tendencia a contar más el dinero día a día que mensualmente. Por otro lado, ilustra que se ve que la gente compra lo que le alcanza y va preguntando cuánto van sumando los productos a medida que se van pasando por la caja.
Dejan cosas en las cajas porque no hay plata
Este es uno de los síntomas más tristes de los cambios en el consumo, quizás. «Es común que decidan dejar algo, por ejemplo, si ve que se pasa de precio. Los almacenes, muchos fiamos a los conocidos, pero cada vez queda más mercadería en la caja, eso es real», cuenta Savore.
Sin embargo, no son los únicos mecanismos de ahorro a los que recurre el consumidor argentino. Hay más: «Los cambios de hábitos tienen que ver con sustitución de primeras por segundas marcas, fuerte incidencia de promociones, descuentos y fidelizaciones a través de tarjetas de crédito», detalla Di Pace. Es decir que se observa mucho interés en aprovechar las promociones que ofrecen los puntos de venta, pero también los descuentos que brindan bancos y tarjetas.
Elegir entre vestirse y comer, un síntoma preocupante
Por su parte, Claudio Boada, director de la Unión de Usuarios y Consumidores, señala que un elemento a tener en cuenta es que la inflación «repercute de distintas maneras en los diferentes sectores sociales». Ejemplifica que, en los estratos medios, por ejemplo, «se ve una reducción del consumo por tener que dedicar más plata a otros gastos, como alquileres, servicios públicos y alimentos, lo que redunda en que sectores, como el de la ropa, los consumos culturales y otros se van dejando de lado.
Eso, aclara, «se suma también a la búsqueda de marcas menos conocidas por cuestiones de publicidad, que no necesariamente son de menor calidad, aunque, en algunos casos sí se da esa condición». Y menciona, por otro lado, que se busca reducir los consumos más fijos. «De hecho, mucha gente se da de baja de algunos servicios, como la televisión por cable, por ejemplo», asegura.
Lo que viene en consumo e inflación
En ese escenario, Savore señala que los almaceneros observan que que muchos precios podrían empezar a bajar, sobre todo, en lo que respecta a las primeras marcas, justamente porque, tal como se dijo, la gente comenzó a comprar marcas alternativas. Y, por otro lado, «los aumentos de marzo son más leves, los notamos principalmente en lo que es el rubro quesos». Así, no descarta que, tal como se viene anticipando desde el Gobierno y desde algunas consultoras privadas, podría haber una desaceleración de la inflación este mes.
Y otro elemento que podría contribuir en ese sentido es que, según explica Di Pace, «ahora, viene un momento en el que el ingreso de los argentinos empezará a tener tres situaciones de contexto: sufrirán el alza de los servicios, que se dará en marzo, abril y mayo, por un lado, aunque, por otro, empezará a verse un freno en la suba de precios de bienes y se darán intentos de recupero de la pérdida de poder adquisitivo que se dio en el último tiempo en Argentina vía paritarias o ajuste de jubilaciones». Esos elementos podrían atenuar en el mes en curso y en el próximo, al menos, el impacto fuerte en el consumo que se ve.
ambito.com | Pilar Wolffelt
Por la inflación, cambian hábitos de consumo: las 4 claves sobre cómo cuidan su dinero los argentinos
La escalada inflacionaria afecta fuerte el bolsillo de los argentinos, que se ven obligados a cambiar sus hábitos de consumo para cuidar su bolsillo ante la suba de precios.
Un informe reciente de la consultora Kantar revela que casi siete de cada diez consumidores (66%) se vieron forzados a cambiar sus hábitos en los últimos meses, como producto de la fuerte inflación y la licuación de los salarios. Asimismo, desde Focus Market, la consultora que dirige Damián Di Pace, observan una caída del 13,5% del consumo masivo en el acumulado del primer trimestre.
Tal como explica el presidente de la Federación de almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA), Fernando Savore, esto se da en un contexto en el que, «en diciembre, con el salto inflacionario, se dio un fenómeno de salto fuertísimo de precios, que generó mucha especulación».
La mercadería subió de precio, en la mayoría de los casos, duplicó el valor, y en algunos, incluso, cuadruplicó, tal como el aceite y muchas otras mercaderías. Si bien esa tendencia se aplacó en los dos meses siguientes, ese salto un la inercia inflacionaria posterior redundó, en enero y febrero, en una caída de ventas de los almacenes estuvo entre el 20% y el 22% en ese tipo de comercios, según Savore.
La inflación fuerza a los argentinos a ir por marcas más baratas
En ese contexto, se dio una serie de cambios de hábitos, entre los cuales, sin dudas, uno de los más llamativos es el reemplazo de primeras marcas y productos predilectos por otros más económicos. De hecho, el 51% de los encuestados de Kantar confesó que dejó de comprar sus marcas preferidas para cambiarlas por otras más baratas y un 52% dijo que optó por otras categorías menos costosas en vez de aquellas que solía consumir.
Savore apunta también que, «hoy, la gente se vuelca más a la compra día a día que a las quincenales o mensuales» y detalla que esto tiene que ver con una tendencia a contar más el dinero día a día que mensualmente. Por otro lado, ilustra que se ve que la gente compra lo que le alcanza y va preguntando cuánto van sumando los productos a medida que se van pasando por la caja.
Dejan cosas en las cajas porque no hay plata
Este es uno de los síntomas más tristes de los cambios en el consumo, quizás. «Es común que decidan dejar algo, por ejemplo, si ve que se pasa de precio. Los almacenes, muchos fiamos a los conocidos, pero cada vez queda más mercadería en la caja, eso es real», cuenta Savore.
Sin embargo, no son los únicos mecanismos de ahorro a los que recurre el consumidor argentino. Hay más: «Los cambios de hábitos tienen que ver con sustitución de primeras por segundas marcas, fuerte incidencia de promociones, descuentos y fidelizaciones a través de tarjetas de crédito», detalla Di Pace. Es decir que se observa mucho interés en aprovechar las promociones que ofrecen los puntos de venta, pero también los descuentos que brindan bancos y tarjetas.
Elegir entre vestirse y comer, un síntoma preocupante
Por su parte, Claudio Boada, director de la Unión de Usuarios y Consumidores, señala que un elemento a tener en cuenta es que la inflación «repercute de distintas maneras en los diferentes sectores sociales». Ejemplifica que, en los estratos medios, por ejemplo, «se ve una reducción del consumo por tener que dedicar más plata a otros gastos, como alquileres, servicios públicos y alimentos, lo que redunda en que sectores, como el de la ropa, los consumos culturales y otros se van dejando de lado.
Eso, aclara, «se suma también a la búsqueda de marcas menos conocidas por cuestiones de publicidad, que no necesariamente son de menor calidad, aunque, en algunos casos sí se da esa condición». Y menciona, por otro lado, que se busca reducir los consumos más fijos. «De hecho, mucha gente se da de baja de algunos servicios, como la televisión por cable, por ejemplo», asegura.
Lo que viene en consumo e inflación
En ese escenario, Savore señala que los almaceneros observan que que muchos precios podrían empezar a bajar, sobre todo, en lo que respecta a las primeras marcas, justamente porque, tal como se dijo, la gente comenzó a comprar marcas alternativas. Y, por otro lado, «los aumentos de marzo son más leves, los notamos principalmente en lo que es el rubro quesos». Así, no descarta que, tal como se viene anticipando desde el Gobierno y desde algunas consultoras privadas, podría haber una desaceleración de la inflación este mes.
Y otro elemento que podría contribuir en ese sentido es que, según explica Di Pace, «ahora, viene un momento en el que el ingreso de los argentinos empezará a tener tres situaciones de contexto: sufrirán el alza de los servicios, que se dará en marzo, abril y mayo, por un lado, aunque, por otro, empezará a verse un freno en la suba de precios de bienes y se darán intentos de recupero de la pérdida de poder adquisitivo que se dio en el último tiempo en Argentina vía paritarias o ajuste de jubilaciones». Esos elementos podrían atenuar en el mes en curso y en el próximo, al menos, el impacto fuerte en el consumo que se ve.
ambito.com | Pilar Wolffelt