En un nuevo segmento del bloque sobre liderazgo y crecimiento personal, el coach y conferencista Samuel Saucedo abordó un tema que genera muchos conflictos en las relaciones personales: el hábito de llevar la cuenta de los favores o acciones realizadas por otros. «Llevar la cuenta no se trata de facturas o honorarios, sino de las acciones que realizamos por los demás y que queremos mantener presentes, lo cual trae consigo conflictos«, explicó Saucedo. Durante su intervención, el experto destacó cinco razones principales por las cuales no es recomendable mantener una «cuenta» de los favores que se hacen.
En primer lugar, Saucedo subrayó que llevar la cuenta de los favores genera sentimientos negativos. «Cuando hago algo por alguien y luego le paso factura sobre esa acción, se genera un sentimiento de culpabilidad. El otro puede no tener los medios o la oportunidad de devolver el favor, lo que puede hacerle sentir vergüenza», indicó. Según Saucedo, este tipo de transacciones emocionales afecta la dignidad de la persona, lo que podría generar más problemas que beneficios.
La segunda razón que Saucedo destacó es que llevar la cuenta se convierte en una forma de control. «Cuando hacemos un favor esperando algo a cambio, creemos que estamos manipulando o controlando a la otra persona», aseguró. Este comportamiento, según el conferencista, es común en las relaciones familiares y de amistad, y puede extenderse a organizaciones. «El problema es que esta dinámica crea un sentido de obligación y no de gratitud genuina», explicó Saucedo.
En tercer lugar, Saucedo destacó que llevar la cuenta acaba con la gratitud. «Cuando le recordamos a alguien todo lo que hicimos por él o ella, la gratitud se envenena», señaló. El experto explicó que lo que inicialmente fue un acto de generosidad y admiración, se transforma en un reclamo que destruye la relación y los sentimientos positivos que existían previamente.
Una de las consecuencias más graves de llevar la cuenta, según Saucedo, es que añade más equipaje emocional del que podemos cargar. «Llevar la cuenta nos hace cargar con valijas pesadas, con sentimientos de bronca y resentimiento», aseguró. Para Saucedo, este exceso de carga emocional puede dificultar nuestras relaciones, porque esperamos que los demás actúen de la misma manera en que lo hicimos nosotros, lo que genera frustración cuando esto no ocurre.
Por último, Saucedo explicó que llevar la cuenta genera la sensación de que merecemos más. «Este hábito alimenta la idea de que lo que hicimos por los demás nos da derecho a recibir algo a cambio», señaló. Sin embargo, el conferencista remarcó que la verdadera satisfacción proviene de dar sin esperar nada a cambio. «La Biblia nos enseña a ser ‘dadores alegres’, a dar sin esperar recompensas, y eso trae consigo una gran paz emocional», concluyó.
Según Saucedo la clave para tener una vida más plena y saludable emocionalmente es dar sin esperar nada a cambio, lo que no solo beneficia a los demás, sino que también nos ayuda a mantener relaciones más genuinas y armoniosas.