El Banco Central dispuso elevar de $15.000 a $60.000 el monto diario al que las entidades financieras están obligadas a ofrecer mediante su red de cajeros automáticos, sin importar en qué banco tiene cuenta el cliente ni en qué red de cajeros se está operando. De esa forma, se alivia el retiro de efectivo para gran parte del público. Aunque algunos lo habían aumentado a $40.000, muchos bancos seguían con el límite de $15.000 que se había fijado en 2020, en plena pandemia, y no había sido actualizado.
Es importante destacar que no se modifica la gratuidad de la extracción. Ese retiro de cajeros automáticos de $60.000 pesos diarios será gratuito para todos los empleados en relación de dependencia y para todos los jubilados, pensionados y beneficiarios de cualquier plan o asignación social. De esa forma, los trabajadores registrados y los que cobran algún ingreso a través de la Anses, seguirán retirando su dinero de cualquier cajero sin costo alguno. Ahora, además, se les asegura un mínimo de $60.000 diarios.
Quienes no sean empleados en blanco, jubilados o beneficiarios de Anses, podrán retirar hasta $60.000 por día pero el banco les podrá cobrar algún cargo si no están retirando de algún cajero de la entidad donde tienen radicada su cuenta. Ese cargo suele ser más alto si el cliente extrae su dinero de otro banco que pertenece, además, a otra red de cajeros.
La norma del BCRA dispuso: “Establecer que las entidades financieras deberán arbitrar los medios para que, en todos los cajeros automáticos habilitados y operados en el país por ellas, las personas humanas y jurídicas puedan extraer, por día y en una única extracción, al menos hasta $60.000, sin distinción alguna entre clientes y no clientes, independientemente del tipo de cuenta a la vista sobre la cual se efectúe la correspondiente operación y de la entidad financiera y/o la red de cajeros automáticos a la cual pertenezca.”
Tal como había adelantado Infobae, desde hace varios meses el BCRA venía analizando modificar ese tope por razones obvias: la inflación volvió muy escaso el monto de $15.000 por día y dejaba a los clientes frente a una situación incómoda. A lo bajo de esa cifra, se agregó otra incomodidad que es el escaso poder de compra de los billetes de $1.000 y $2.000, apenas subsanado con la reciente aparición del nuevo billete de $10.000.
En un principio, ante las quejas del público, el BCRA había decidido que el tope de $15.000 se actualizaría mediante un acuerdo entre los bancos y las redes de cajeros. “Basta de normas”, habían dicho en el Central. Pero finalmente prevaleció otro criterio y, en su reunión habitual de los jueves, hoy el Directorio actualizó el tope. Así, todos los bancos deberán garantizar una extracción diaria de $60.000 a cualquiera que se presente en sus cajeros.
Dado que el monto de $15.000 quedó obviamente desactualizado, algunas entidades lo habían elevado a $40.000, aún sin que el BCRA lo exija. Al mismo tiempo, los bancos también habían ampliado el monto para sus propios clientes, que llegaban hasta $300.000 para aquellos que contratan paquetes premium.
La extracción de efectivo en estaciones de servicio o supermercados a la hora de pagar con tarjeta de débito, también se actualizó: hoy se puede retirar hasta $170.000, siempre que el comercio disponga de dinero suficiente en su caja. Esos límites son fijados por las propias tarjetas Visa y Mastercard, con actualizaciones periódicas para ajustarse al avance de la inflación. Para el comercio, la ventaja consiste en no afrontar el costo de trasladar el efectivo; para los usuarios, no tener la incomodidad de retirar solo $15.000 si no se dispone de una cajero de su propio banco.
La gratuidad de las extracciones para retirar sueldos, jubilaciones y planes sociales, sin importar en qué banco tiene su cuenta el cliente, generaba rechazos para actualizar el monto de retiro obligatorio. Los bancos más grandes, con cientos de sucursales, no quieren asumir el costo de abastecer los cajeros para que sean vaciados por clientes de otros bancos y no tener efectivo para los propios. Un monto diario bajo “acostumbraba” a los clientes a ir a cajeros de su propio banco.
Para los bancos, mantener los cajeros llenos de billetes es mucho más caro de lo que se puede suponer, sobre todo por el bajo valor de los billetes. Más allá de los costos logísticos y de seguridad que implica el traslado de dinero, un cajero cargado al máximo con billetes de $1.000 o $2000 puede contener 8 millones de pesos. Si las extracciones son de 200.000 o 300.000 pesos, el banco está obligado a recargarlo en forma constante, la vida útil del cajero se acorta y se incrementa los gastos para mover menos plata. (Infobae.com)