El propósito es asegurar la estabilidad, el crecimiento y la competitividad de la producción de aceites esenciales.
Algunos de los objetivos de este plan son impulsar la actividad socioeconómica en la región esenciera a partir del desarrollo y la puesta en valor de los productos que marcan su identidad; y optimizar los rendimientos productivos y garantizar calidad en los procesos de cultivo de especies vegetales con propiedades aromáticas, medicinales, cosméticas, gastronómicas.
Asimismo, gestionar la calidad de los aceites esenciales y sus certificaciones para que cumplan con las condiciones y estándares de exigencia nacional e internacional; y coordinar actividades de producción, semiindustrialización, industrialización y comercialización de productos derivados.
Uno de los diputados que propuso esta norma, el diputado Omar Olsson, destacó que el plan creado “es integrativo” y planteó la viabilidad de que, “además de la actividad esenciera principal coexista un aprovechamiento turístico-recreativo”.
En tanto, la legisladora Blanca Alvez, cuyo proyecto fue unificado con el de Olsson, informó que “la actividad se desarrolla en torno a la explotación de unidades productivas minifundistas y bajo gran demanda de mano de obra familiar”.