El próximo viernes se conocerá el dato de inflación de junio, en el que el aumento de tarifas será compensando al menos en parte por un muy bajo ritmo de suba de los alimentos. La fuerte desaceleración en esa categoría, que según mediciones privadas registró deflación en la última semana del mes pasado, impactó en alguno de esos relevamientos privados con un registro por debajo de 5%, aunque el consenso de economistas y consultores incluídos en el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central, indicó unas décimas por encima (5,2%). En cualquier caso, durante julio podría invertirse otra vez el motor de la inflación.
Dada la nueva postergación en el ajuste de las tarifas de energía anunciada para este mes, no serán los servicios públicos los que impulsen el índice a la suba. Sin embargo, la división de alimentos y bebidas parece haber recobrado impulso ya que en la primera semana del mes, al menos dos consultoras privadas que venían registrando mínimos movimientos en las semanas anteriores, detectaron un repunto mayor a 1,5% en la primera semana del segundo semestre.
Es el caso de la consultora Econviews, que mide una canasta básica en supermercados en la que incluye alimentos y limpieza, la que arrojó una suba de 1,6% en los primeros días del mes, impulsado esencialmente por productos estacionales de verdulería.
“Nuestro relevamiento de precios arroja una suba de 1.6% en la primera semana de julio, para una canasta de alimentos, perfumería y limpieza en supermercados de GBA. Entre categorías destacan verdulería con 7.6%, lácteos con 2.2% y limpieza con -0.3%.”, detalló la medición de la consultora. Esas cifras parecerían indicar que no es la suba del dólar lo que más impacta en la suba de precios de los alimentos, la primera explicación a mano, sino que es la ola de frío lo que tendría más impacto dado el efecto en los precios de las verduras, rubro altamente dependiente de las condiciones climáticas.
También la consultora LCG, que desarrolla una de las mediciones más difundidas para la categoría, registró en los últimos días una suba de precios muy superior a la de la primera semana del mes pasado. “La primera semana de julio cerró con una inflación de 1,8% en la categoría alimentos y bebidas”, informó la consultora, lo que implica una aceleración de 1,2 puntos respecto de la semana anterior. “La suba promedia 4,2% en las últimas cuatro semanas y 4,9% punta a punta en el mismo período”, agregó el informe.
En el desagregado, se percibe la misma tendencia que en la medición de la consultora colega: frutas y verduras son los principales impulsores de la suba, entre 6,9% y 3,2%, además de bebidas e infusiones con un salto de 4,8 por ciento. En tanto, carnes, pastas y panificados, anotan una suba mucho menor, en torno a 1% al tiempo que según LCG, lácteos, huevos, azúcar, miel y cacao registraron deflación.
Con ese detalle, se cumplirá este mes una fuerte paradoja: aunque las tarifas se hayan mantenido congeladas, de todos modos las bajas temperaturas tendrán un impacto en el bolsillo y el índice de inflación, lo que el Gobierno buscaba morigerar.
Coincide en la medición la consultora EcoGo, que relevó una suba de 1,5% de suba de precios para la categoría de alimentos en general, otra vez con alta incidencia de las verduras, con 5,5% de suba. “El frío no ayudó”, confirmó Sebastián Menescaldi, director de la consultora.
Hacia adelante, a menos que el resto de los productos desaceleren o incluso anoten bajas, será difícil compensar estas subas ya que, según los meteorólogos, las bajas temperaturas se extenderán al menos una semana más.
(Fuente: Infobae)