El Gobierno prepara una serie de actividades que encabezará el presidente Javier Milei para el 42° aniversario de la guerra de Malvinas, aunque la vicepresidenta Victoria Villarruel también cuenta con agenda propia en conmemoración de la fecha.
El martes 2 de abril el cronograma de actividades del jefe de Estado iniciará por la mañana, a las 10, con la colocación de una ofrenda floral en el Cenotafio de los Caídos en Malvinas, ubicado en la Plaza General San Martín en la avenida Santa Fe y Maipú, frente a las 25 placas de granito negro en las que están grabados los nombres de los 649 soldados que perdieron la vida en la guerra.
A las 15, en Casa Rosada, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el vocero presidencial, Manuel Adorni, rebautizarán el salón Pueblos Originarios, y si bien no hay precisiones respecto al nombre, será algo relativo a la causa de Malvinas. «La idea es renombrarlo por algo que ningún otro se anime a cambiar», anticiparon en el Gobierno.
Por la tarde, está previsto un Tedeum en la Catedral Metropolitana, al que darían el presente algunos funcionarios del Poder Ejecutivo, aunque aún no está confirmada la asistencia del mandatario.
Villarruel mantiene agenda propia
Si bien la vicepresidenta tiene en agenda y, por ahora, asistiría al acto frente al Cenotafio, también será la protagonista de su propia actividad programada para el miércoles 3 en el Senado. Allí, a las 16, hará entrega en el salón Azul de Diplomas de Honor a ex combatientes y a integrantes de la Comisión de Familiares Caídos.
La idea de organizar un desfile militar por los 48° años de la guerra sedujo a la titular del Senado que debió suspender sus planes por el costo que implicaría concretarlo.
Al igual que sucedió el 24 de marzo, a raíz de la polémica abierta por el video difundido por el Gobierno, la cuestión de Malvinas es otro tema que genera ruido luego de que el Presidente expresara en campaña su admiración por Margaret Thatcher y la calificara como «una gran líder en la historia de la humanidad».
Lo propio ocurrió tras las fuertes críticas a la canciller Diana Mondino generadas por la visita del canciller británico a las Islas Malvinas, David Cameron, lo que además dio lugar un fuerte contrapunto en el Senado luego de que la senadora María Eugenia Duré acusara a Villarruel -quien se jacta de ser hija de un veterano de guerra- de «haber hecho campaña con el tema» y no haber repudiado la estadía de Cameron.