Tal vez decepcionados por la coyuntura, y afectados por la mala onda que a veces nos quieren imponer, muchos creen que sin importar a quien votemos para Presidente en las próximas elecciones las cosas seguirán igual, que se trata de una decisión que no afectará nuestras vidas o nuestro futuro. Pero esto no es cierto: no es lo mismo que gane un candidato u otro.
Por un lado, lo tenemos a Sergio Massa, un candidato con posibilidades serias de llegar a la presidencia, con una visión centrada en cuidar a cada argentino, con un un modelo de crecimiento basado en el apoyo a la producción y la creación de empleo para que cada argentino pueda trabajar y desarrollarse. Frente a esta opción, los otros tres candidatos que también tienen chances de alcanzar la presidencia (Patricia Bullrich, Horacio Larreta o Javier Milei) proponen una visión totalmente liberal, considerando que cualquier intervención del Estado es en sí misma dañina para la economía. A continuación quiero aportar algunos ejemplos muy sencillos y cotidianos para todos los misioneros que permiten apreciar mejor el profundo contraste entre ambas opciones.
Para los productores yerbateros y los tareferos, el sector más numeroso y a la vez más débil en la cadena productiva del sector, la victoria de Patricia Bullrich, Horacio Larreta o Javier Milei como referentes del liberalismo significará la desregulación del mercado yerbatero, lo que provocará que el que el precio de la hoja verde ajuste su valor de acuerdo “a lo que diga el mercado”. En el pasado, cuando se aplicaron este tipo de medidas, el mercado se encargó de fijar el precio de la materia prima: en los años 90 el precio de la hoja verde arrancó cotizando U$S 0,21 ($117,60 a valores de hoy con el dólar blue), y con la desregulación de 1991 tras la eliminación de la CRYM terminó en el año 1999 a U$S 0,07 ($39,20 de hoy).
¿Cuántos productores abandonaron sus chacras y malvendieron sus propiedades como resultado de esta medida? ¿Cuántos tareferos no lograban conseguir trabajo como consecuencia de esta caída en el precio de la yerba mate? En este caso, desregular es sinónimo de no cuidar los intereses de los misioneros. Más cerca en el tiempo, recordemos que el expresidente Mauricio Macri, en 2018, manifestó su trunca intención de volver a desregular el mercado yerbatero.
Si observamos otro sector, para el pequeño industrial, con un gobierno liberal se abrirán las importaciones ¿Cuántas veces oímos estas ideas desde los equipos económicos de los candidatos liberales? Lo que no dicen es que si nos invaden productos importados (incluso con dumping; es decir, con precios subsidiados en su país de origen que compiten de forma desleal con productos nacionales) implicaría la destrucción de la industria nacional, cerrando fábricas y perdiendo miles de puestos de trabajo. Durante los años 2016 a 2018, la apertura de importaciones de fenólico brasilero afectó seriamente a la industria maderera misionera; o la invasión de zapatillas importadas, algo que casi paralizó la producción en una reconocida fábrica de zapatillas de Eldorado.
Ante emergencias climáticas como sequías, granizos o inundaciones, los productores agropecuarios, con los gobiernos liberales, no cuentan con ningún tipo de asistencia o ayuda que les permita atravesar dichos momentos de crisis, en los cuales su producción se destruye. Para el pensamiento político liberal, cuando al productor o empresario le va bien, lo aplaude y lo felicita; pero si le va mal, es problema del productor y de nadie más.
A lo que apuntamos es que esta idea de “libertad” que tiene el liberalismo no va de la mano con el compromiso de cuidar al misionero de a pie. Todas las medidas de asistencia para los productores tealeros, tabacaleros, yerbateros y en general que de forma permanente gestiona el Gobierno provincial en Buenos Aires para atender situaciones de coyuntura no tendrán ningún tipo de respuesta con un gobierno liberal.
La propuesta de los candidatos liberales también pone en riesgo el acceso a la educación. Por ejemplo, quienes mandan a sus hijos a la universidad pública y gratuita, que es un derecho que sólo Argentina tiene en América del Sur facilitando el acceso a estudios superiores a quienes por su ingreso económico en otras condiciones no podrían, y que es la clave de los cambios sociales profundos, podrían verse afectados por la reducción en el “gasto educativo”. Así, como “gasto”, es como lo denominan quienes comulgan con las ideas liberales. Y cuando hay que “ajustar el gasto”, se ajusta por lo que se considera menos necesario, y la universidad gratuita y pública que hoy tenemos en Misiones de la mano de dos universidades nacionales podría verse afectada seriamente.
Son muchísimos los ejemplos cotidianos y bien cercanos que podríamos aportar para fortalecer nuestra la certeza de que no da lo mismo, de que hay un abismo de distancia entre un candidato como Sergio Massa, comprometido con el cuidado de los derechos de los misioneros, y un candidato como Bullrich, Larreta o Milei, comprometido con “la libertad de mercado”.
Está claro que para las elecciones presidenciales de este año las opciones son entre quienes tienen como prioridad el crecimiento de los misioneros frente a otros aquellos que entienden que cada uno debe “arreglarse como puede”, tanto en las buenas como en las malas; es decir; la ley del “sálvese quien pueda”.
La solidaridad y la empatía son valores de los misioneros, y por eso tenemos que pensar en un Presidente que comparta esa misma visión. Con Sergio Massa podemos pensar en un Gobierno cercano que esté junto a cada productor, comerciante, emprendedor, trabajador, empresario, jubilado; para ayudar al desarrollo y crecimiento de nuestra provincia y de todo el país.
Adolfo Safrán
Ministro de Hacienda