Dos guacamayos rojos rescatados en Posadas a fines de julio fueron sometidos a una serie de estudios en el centro de rehabilitación del Parque Ecológico El Puma de Candelaria, que depende del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables.
A los ejemplares se les hizo ecografías y análisis de sangre, para registrar su estado sanitario. Para los controles se utilizó el nuevo equipamiento con el que fue dotado el sector de atención de fauna del lugar (un ecógrafo, un monitor multiparamétrico y un aparato de rayos).
El rescate de los guacamayos empezó cuando uno de los ejemplares apareció en inmediaciones de una estación de servicios ubicada en la avenida Alicia Moreau de Justo al 7800 de la capital misionera. Lo vieron transeúntes y clientes de la surtidora de combustibles, que alertaron a las autoridades. Les llamó la atención el color del plumaje y el tamaño del ave. Recién al día siguiente, el 26 de julio, en cercanías del club Centro de Cazadores, lograron rescatarlo, en un trabajo conjunto entre profesionales de Ecología, la Dirección de Defensa de Medio Ambiente de la Policía y de la Fundación Rewilding Argentina, llegados desde Corrientes, donde llevan adelante el trabajo de reintroducción de la especie en el Parque Nacional Iberá.
El guacamayo rojo (Ara chloropterus) estaba extinta en la Argentina hasta 2017. Sin embargo, el trabajo en el Iberá avivó las esperanzas de su retorno al Norte argentino.
El ave macho rescatado cerca del Club Centro de Cazadores había estado en cautiverio, junto a otro ejemplar, una hembra, entregada luego por sus tenedores (una pareja que los tuvo por más de diez años).
Los guacamayos fueron llevados al Parque El Puma, donde recibieron las primeras atenciones y donde controla su evolución.
Esta historia que finalizó con ambos individuos rescatados sirve para repetir a la ciudadanía un mensaje que difunde el Ministerio de Ecología desde su creación: los animales silvestres no son mascotas.