El Observatorio de Cibercrimen y Evidencia Digital en Investigaciones Criminales (Ocedic) de la Universidad Austral estrenó un documental con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre los desafíos que presentan las nuevas tecnologías, los delitos y su impacto en especial en nenas, nenes y adolescentes. Este cpítulo forma parte del Digital Project “Ciberacosos a Niños, Niñas y Adolescentes”, cuenta con herramientas de prevención y testimonios de expertos.
Al terminar la emisión del documental tomó el micrófono Daniela Dupuy, directora de Ocedic y titular de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas de la Ciudad. Frente al auditorio del Salón Dorado del Teatro Colón repleto de miembros de los poderes judiciales nacionales y locales, la mujer alertó: “En mi trabajo recibo miles de imágenes de chicos que son abusados por adultos. Largos videos de bebés. Y hasta fotos realizadas con Inteligencia Artificial de estas prácticas que colaboran a naturalizar las violaciones como si fuera algo normal para los menores”.
La fiscal siguió y enumeró dónde estaban los principales riesgos. “Hay captación en las redes sociales, pero también en los juegos online”, sostuvo Dupuy.
El celular, la puerta de entrada
A medida que crece el uso del celular y las redes sociales entre los niños y adolescentes, las denuncias por la difusión de fotos y videos explícitos de menores también aumentan. De esta manera, un chico puede estar mucho más en peligro en su habitación que en la vía pública.
Así lo advierte el Ocedic de la Universidad Austral que toma datos del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. En 2023 se registraron 95.600 casos, y en lo que va de 2024 ya se han recibido más de 70.000 denuncias, lo que permite proyectar un número aún mayor para finales de año. La tendencia fue en crecimiento con 86.867 casos en 2022 y 71.797 en 2021.
El documental de Ocedic arranca con la desesperación de una madre que llega a hacer una denuncia a un juzgado con el celular de su hija en la mano. “Quiero que saquen las imágenes de acá adentro. Está mi hija desnuda en Internet”, grita la mujer en la ventanilla, mientras la atiende un funcionario judicial.
Enseguida, muestran cómo se desarrolla la investigación judicial con la participación de empresas de redes sociales que facilitan los IP desde donde salen los mensajes, la policía que recorre el territorio y las decisiones de las juezas rápidas para detener el problema. Se perita el celular de la víctima y de allí surgen nuevas pruebas. Enseguida se define el allanamiento de la casa del acusado. Allí encuentran las pruebas que lo incriminan. Fotos y videos de chicos abusados por adultos. Además, se logra determinar movimientos en criptomonedas lo que indica la venta del material.
La Jueza porteña Natalia Molina es Team Leader de Ocedic y formó parte de la dirección del documental. “Cuando se trata de niñas, niños y adolescentes como víctimas de cualquier delito que afecte su integridad sexual, el juez tiene que ser Hércules. Magistrados y operadores tenemos que tener esa condición de fuerza increíble para desarrollar investigaciones de excelencia y ser capaces de coordinar acciones a nivel nacional e internacional para optimizar la comunicación y coordinación. Pero esta entrega sin conocimiento no sirve de nada, por eso tenemos que apuntar a contar con un entrenamiento de calidad, y con ese sentido se creó el Digital Project”, explica Molina.Natalia Molina, directora del Digital Project de Ocedic y jueza penal en cibercrimen
La producción de este tipo de material se lleva a cabo de distintas formas: algunas veces la víctima es abusada en persona, mientras que en otras se obtiene a través del ciberacoso o grooming, engañando o extorsionando a los menores para que envíen imágenes explícitas.
Los peligros de los videojuegos
El peligro que antes representaba la plaza, ahora se corrió a las redes sociales y los videojuegos. Un pedófilo se puede esconder detrás de un participante del FIFA o del GTA, por ejemplo.
La facilidad de acceso a los dispositivos móviles y a las redes sociales a edades cada vez más tempranas abre más puertas a los pedófilos. En muchos casos, el material se produce en Argentina por personas cercanas a los menores, como padres, docentes o personas del entorno familiar. Otras veces, el contenido es adquirido, vendido o distribuido en el país, y la motivación detrás de estas prácticas suele ser económica.
Las imágenes se comercializan utilizando criptoactivos en la deep web o a través de redes internacionales. “Es un negocio que mueve mucho dinero y que genera un daño irreparable en las víctimas”, destaca Dupuy.
En uno de los paneles participó el Fiscal General de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Bautista Mahiques. “Este documental es un esfuerzo conjunto que expone una realidad que afecta a millones de niños alrededor del mundo. Para avanzar en la lucha contra este delito es clave la cooperación internacional, el uso de tecnología y el vínculo con las fuerzas de seguridad como sostén de las investigaciones”, explica el funcionario judicial.
Molina señala que “se trata de un esfuerzo entre todos; por eso nos acompañan organismos internacionales (International Centre for Missing Children; National Centre for Missing Children, Internet Watch Foundation, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Interpol, entre otros), el sector privado (TikTok, Meta, Telecom) y organismos gubernamentales nacionales pertenecientes al Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial”.El Salón Dorado del Teatro Colón colmado para ver el estreno del documental
Manual de TikTok
Una de las redes más usadas por los menores es TikTok. En la presentación del documental estuvo presente Guillermo Auyon, ejecutivo de la red social para Canadá, América Latina y el Caribe. El directivo sostuvo que “el objetivo siempre es cooperar con los estados nacionales y provinciales para evitar los abusos de los menores de edad -explica-. En ese sentido, la empresa suma esfuerzos para proteger a los chicos que navegan por TikTok”.
La empresa junto con la ONG Grooming Argentina lanzó un cuadernillo para que los padres puedan entender cómo funciona TikTok y así poder controlar a sus hijos. El texto explica que “los adultos deben jugar un rol activo en la experiencia en Internet de sus hijos. Tienen que mantener un diálogo abierto sobre la seguridad y privacidad de los chicos”.
Por ejemplo, los padres deben saber que ningún menor de 13 años puede tener una cuenta en TikTok. Además, en los usuarios hasta 18 años tienen configuraciones diferentes. “Es necesario que los adultos chequeen la forma en que se registró su hijo en la red”, aseguran en el manual.
El texto, además, explica de qué manera se puede usar la sincronización familiar para estar al tanto todo lo que hace el chico en las redes sociales. Los padres podrán hacer que sus hijos tengan perfiles privados y hasta limitar quién puede mandarles mensajes directos.
Así, desde las empresas y todos estratos del Estado se busca alertar sobre el grooming. En ese sentido, cada chico frente a la pantalla de su celular es una potencial víctima de los abusadores.
(Fuente: Infobae)