La economía ha pasado a dominar decididamente el escenario preelectoral, diferenciando las propuestas que se le formulan a la ciudadanía con más claridad unas que otras. O más bien hay una de ellas que se muestra errática, más allá de que se autodefina como “libertaria”.
Es la corriente que ha sido la “sorpresa” en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso), con un exponente que más de las veces busca ser bizarro (y hasta repugnante) acaso para evadir definiciones razonables y propuestas concretas.
En el otro ámbito de la oposición, en cambio, se ha elegido como exponente para conducir la cartera económica, en el caso de imponerse en las elecciones, a un economista como Carlos Melconian, que ha sobresalido en el ámbito de la ortodoxia liberal y que inclusive ha sido de consulta de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, a mediados del año pasado, cuando el gobierno nacional del presidente Alberto Fernández se aprestaba al cambio de ministro de Economía. Un mes después asumiría el cargo, en una cartera con amplias atribuciones, Sergio Massa, el que hoy es el tercer competidor electoral, en este caso del oficialismo.
La situación de entonces no es la misma que la de ahora, cuando se ha tensionado por la acotación que suponen las elecciones; por el cambio de gobierno nacional para fin de año –sea el elegido alguien del oficialismo o de la oposición- y porque ha puesto en el debate el no resuelto bimonetarismo de la Argentina. Bimonetarismo en el que habían coincidido en aquel momento Melconian y la Vicepresidenta, según declaraciones de ella. Claro que hay otros problemas de base, para hablar solo de la cuestión económica.
Ahora bien, a quien le toca proponer, tratar de activar la economía y asistir a los argentinos, todo al mismo tiempo, es al candidato que está en el ejercicio de la función pública. Con lo que también se arriesga a la aceptación y al rechazo. Que el momento económico es crítico, lo es. Pero que la Argentina tiene recursos y potencialidades para superarlo, las tiene. Así y todo, estas semanas que comienzan a desandarse, hasta las elecciones generales de octubre, serán todavía de mayores confrontaciones.
Distantes de cuanto sucede aquí, en Misiones, Provincia en la que acaba de concluir la ronda de reuniones de los ministros y funcionarios del Poder Ejecutivo, así como representantes o voceros de los Poderes Judicial y Legislativo, con la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Representantes en pos de aprobar el cálculo de gastos y recursos proyectado para el año próximo.
Por lo que Misiones volverá ser la primera Provincia en contar con su Presupuesto aprobado, como viene sucediendo en los últimos años, en los que también se apeló a esta modalidad, que igualmente es única a nivel país. Porque además de exponer los respectivos proyectos para la próxima gestión, los funcionarios quedan a disposición de las preguntas que deseen formular los diputados del oficialismo y de la oposición. Y no sólo de quienes integran la comisión cameral sino de cualquier otro legislador que quiera evacuar dudas.
Lo que también sucedió con la exposición del ministro de Hacienda que al hablar del proyecto para el próximo año mostró resultados de políticas públicas aplicadas. Por ejemplo, el ministro Adolfo Safrán decidió ir a los hechos demostrables y sin retórica comparó la cantidad de empleados privados que tiene Misiones con las demás provincias del Nordeste: Corrientes, Chaco, Formosa, poniendo en evidencia que las superó largamente.
Inclusive Misiones tiene 108.000 trabajadores privados contra 57.000 empleados públicos, lo que hace a una proporción de dos empleados privados por cada empleado público. Hizo notar que todo esto se da en una Provincia desendeudada; es decir, que ha apelado simplemente a sus recursos, tanto los de percepción directa como Ingresos Brutos como los que le llegan vía coparticipación y que no son más que recursos captados aquí por la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) y luego devueltos a la Provincia, aunque no en la proporción que se debiera por falta de una nueva ley que regule esta redistribución en todo el país.
Para llegar a este Presupuesto hubo un pedido del gobernador Oscar Herrera Ahuad: que las actualizaciones, en lo posible, no superaran el 100% del Presupuesto de este año. En tanto que, en la Cámara de Representantes se continuó con la contención del gasto decidida por su presidente Carlos Rovira, política que ha venido desarrollándose en los últimos años. Y hace que para el próximo ejercicio se prevea una participación del 0.86% del presupuesto general, la más baja de la serie histórica, informó el secretario Administrativo Jorge Peroni. La intención: que el Ejecutivo pueda disponer de mayores recursos para el gasto social: salud, educación, asistencia social. Rubro que insume el 69,9% del Presupuesto general.