En el Día Mundial del Ambiente, el Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera instó a reflexionar sobre las causas que provocan la actual crisis socio ambiental «y asumir el desafío» de implementar un nuevo modelo productivo en Misiones.
“Hay que cambiar el enfoque, la forma que asumimos nuestro transitar, entendiendo que somos parte de la naturaleza y únicamente aliándonos a ella, podremos recuperar los bienes esenciales para la vida de todas y todos, producir alimentos sanos, y mitigar los daños del cambio climático, ya presente y cada vez más elocuente”, sostuvo Raúl Aramendy, de Kaapuera.
“La degradación social y ambiental se resuelve con un nuevo modelo socio productivo, donde la recuperación de los bienes naturales como el agua se constituya en lo central y la gestión de la producción (agrícola, turística, forestal, energética y de otras áreas) se concrete en forma amigable con la naturaleza, generando empleo y garantizando la biodiversidad”, subrayó.
“El mundo está inmerso en una multicrisis, con agudización del cambio climático, conflictos bélicos y carencias alimentarias”, contextualizó Aramendy. “Misiones no está ajena a ese escenario. Hace un año, organizaciones de derechos humanos, indígenas, sociales, educativas, agroecológicas y ambientales entregamos al Gobierno provincial un documento con un diagnóstico preocupante: la Selva Paranaense sigue en retroceso y con ella el agua que necesitamos para vivir, producir, para el turismo y tantos otros ámbitos”, manifestó.
«Aprender de y con los pueblos originarios», invitó a su vez Claudio Salvador «en este día que nos recuerda que tenemos un solo planeta Tierra». “Debemos aprender de la relación armoniosa que el pueblo originario de Misiones sostuvo durante milenios con la Selva, que fue y sigue siendo su hogar”, afirmó.
La organización ambiental señaló que «esa Selva, la Selva Paranaense en Misiones, está en una situación muy delicada». “El Corredor Verde está severamente fracturado y eso significa que con cada árbol nativo que cae, hay una disminución continua de la cantidad de agua en todas sus formas: en la humedad ambiente, en la liberación de agua hacia la atmósfera, en la reposición de napas y de arroyos y ríos”, dijo Diego Ciarmiello, también de Kaapuera.
“La existencia de parques nacionales y provinciales no garantiza esos servicios, necesitamos recuperar el Corredor Verde y lo podemos hacer generando empleo en ese millón de hectáreas de extensión”, propuso.
Ciarmiello recordó que “la disminución del agua es un dato más que preocupante si pensamos que será una constante el aumento de temperaturas, olas de calor, sequías e incendios, iguales o mayores a los ocurridos en los años 2020, 2021 y 2022”.
Para Rulo Bregangnolo, del mismo espacio, “urge cuidar cada vertiente de agua que tenemos y la mejor forma de hacerlo es recuperando la Selva, el gran paraguas protector de todos los misioneros, inclusive de quienes viven en las ciudades”. En esa línea, reflexionó que “estamos inmersos en una forma de vivir que se limita al existir y en ese existir obviamos disfrutar, confraternizar con la naturaleza. Tenemos que revertir eso y cultivar la solidaridad pensando en las próximas generaciones”.
El modelo económico vigente, señaló Bregagnolo, “ha demostrado ser destructivo en todos los niveles, sobre todo en el humano como ser y en la naturaleza, fuente de agua y alimentos. Entonces, ¿qué esperamos para implementar otra forma de producir? Faltan decisiones políticas fuertes, profundas, en un nuevo esquema de desarrollo amigable con la naturaleza”.
Leandro Sánchez, docente, integrante de Kaapuera, hizo notar cuán importante sería mejorar la forma de educar a los niños en la temática. “En Educación nos pasa como casi en todos los ámbitos: mucha declaración, pero la realidad es otra. En el Día del Medio Ambiente, los alumnos juran un compromiso con el ambiente, pero no aprenden ni se involucran con el tema”, observó en forma crítica.
“Además de explicar en clases qué es el ambiente y cómo cuidarlo, lo que necesitamos es trabajar con la experiencia, por ejemplo con el reciclado o visitando espacios contaminados o desmontados en los barrios, en la misma escuela o en la zona rural, y compararlos con otras situaciones inversas”, expresó Sanchez.
“Desde la esfera del Gobierno eso no se da, y nosotros los docentes sabemos que la experiencia deja mucho más que las palabras o un juramento. Por ejemplo, hace poco tiempo identificamos un arroyo contaminado con desechos cloacales; hicimos cartelería advirtiendo ‘ojo, lugar contaminado, no apto para bañarse’, y al año arreglaron el caño que se había roto y hacía que la materia fecal terminara en el agua. Es decir: mediante un trabajo práctico con los alumnos, ellos aprendieron in situ y empujaron una solución, lo que por supuesto nos llenó de satisfacción a todos”, concluyó el docente. (Imagen portada: Rulo Bregagnolo)