Progresiva y debilitante, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc) representa el 5% de todas las muertes globales, con 3,5 millones de fallecimientos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta situación la posiciona como una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Para quienes transitan esta patología, su avance compromete de manera significativa la calidad de vida, dificultando tareas tan cotidianas como caminar o tender la ropa.
En Argentina, más de 2 millones de personas podrían tener Epoc sin saberlo, según datos de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (Aamr). La tasa de subdiagnóstico supera el 70%, lo que significa que de cada 10 personas afectadas, al menos 7 desconocen que padecen esta enfermedad. En el marco del 20 de noviembre, Día Mundial de la Epoc, especialistas destacaron la importancia de identificar los síntomas a tiempo, como son: falta de aire, tos crónica, ruidos respiratorios o antecedentes de exposición a factores de riesgo.
La principal causa de la Epoc es el tabaquismo, aunque también influyen otros factores como la exposición al humo de combustibles, tóxicos laborales y ciertos antecedentes genéticos. Estos, además de los síntomas, deben ser motivo para realizar una espirometría, prueba clave que permite diagnosticar la enfermedad de manera rápida, indolora y no invasiva.
Con el objetivo de fomentar el diagnóstico temprano, la Aamr lanzó la campaña nacional “Podría ser Epoc”, junto con la Sociedad de Tisiología y Neumonología de la Provincia de Buenos Aires (STNBA). Aunque no existe cura, el manejo adecuado de la enfermedad mediante tratamientos inhalatorios, rehabilitación respiratoria y cambios en el estilo de vida puede mejorar significativamente la calidad de vida. Además, de medidas preventivas como dejar de fumar, reducir la exposición a contaminantes y promover un ambiente saludable.
¿Qué es la Epoc y cuáles son sus causas?
La Epoc se caracteriza por la obstrucción del flujo de aire en los pulmones, lo que dificulta la respiración, un proceso progresivo que limita actividades cotidianas y puede derivar en complicaciones graves. Según la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (Aamr), “tener Epoc es padecer una enfermedad de lenta progresión que tiene como síntoma característico la falta de aire”, y que se manifiesta en tareas que requieren esfuerzo físico, pero también en actividades cotidianas como caminar o tender la ropa.
El tabaquismo se identifica como la principal causa de esta enfermedad. Según el comunicado de la Aamr, “es importante que quienes fuman o fueron fumadores se realicen estudios diagnósticos”, ya que el daño pulmonar ocasionado por el humo del cigarrillo resulta acumulativo e irreversible. Además, los fumadores pasivos enfrentan riesgos similares cuando la exposición al humo es frecuente y prolongada.
Además del tabaquismo, otros factores pueden desencadenar la Epoc son:
- Exposición al humo de combustibles sólidos: en países con menos recursos, muchas familias utilizan leña, carbón vegetal o residuos agrícolas para cocinar o calentar sus hogares, incrementando su riesgo.
- Tóxicos laborales: trabajadores en contacto con polvos, sustancias químicas o gases en entornos industriales presentan una mayor probabilidad de desarrollar daño pulmonar crónico.
- Factores genéticos: aunque menos comunes, condiciones como el déficit de alfa-1 antitripsina predisponen a desarrollar Epoc, incluso en individuos con baja exposición a otros factores.
Los antecedentes respiratorios durante la infancia representan un elemento clave. Infecciones pulmonares frecuentes, exposición a contaminantes y condiciones como el asma infantil afectan el desarrollo pulmonar, aumentando la vulnerabilidad en la vida adulta.
La Epoc, como destaca la Aamr, puede relacionarse con “enfermedades respiratorias adquiridas durante el desarrollo y factores genéticos”; y comprender estas causas permite orientar mejor las medidas de prevención y el diagnóstico temprano, además de reducir el impacto de esta enfermedad en la población.
El desafío del subdiagnóstico y el rol clave de la espirometría
Esta patología enfrenta un grave problema de subdiagnóstico, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Según la AAMR, “de cada 10 personas que padecen la enfermedad, al menos 7 no están diagnosticadas”. Esto equivale a más de 2 millones de argentinos que podrían tener EPOC sin saberlo. A nivel global, esta cifra refleja un fenómeno similar, donde el desconocimiento de los síntomas o el acceso limitado a herramientas de diagnóstico complican la identificación temprana de esta afección.
La detección temprana de la EPOC es crucial para evitar que la enfermedad avance y comprometa significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Los síntomas iniciales suelen ser confundidos con otras afecciones respiratorias o atribuidos al envejecimiento, lo que retrasa la consulta médica. La Aamr señala que quienes presentan falta de aire, tos crónica o ruidos respiratorios, o incluso aquellos sin síntomas, pero con factores de riesgo, deben consultar a un especialista.
En este contexto, la espirometría surge como una herramienta esencial. Este estudio indoloro y no invasivo permite medir la cantidad de aire que una persona puede inhalar y exhalar, así como la velocidad con la que lo hace. Según la Aamr, “es el pilar diagnóstico de laEpoc y permite conocer la función pulmonar comparando con los valores esperados para la edad, género y contextura”, por lo cual realizar esta prueba es fundamental para confirmar el diagnóstico y diseñar un tratamiento adecuado.
El acceso limitado a espirometrías, especialmente en países de ingresos bajos y medianos, contribuye al subdiagnóstico de la enfermedad. En Argentina, la campaña nacional de concienciación “Podría ser Epoc” apunta a revertir esta situación y garantizar que las personas accedan a esta herramienta. Esta iniciativa busca informar a la población sobre los síntomas y factores de riesgo, e incentivar la realización del estudio. Además, promueve la consulta médica tanto en pacientes sintomáticos como en aquellos que no presentan signos evidentes, pero han estado expuestos a elementos de riesgo, como el tabaquismo.
El subdiagnóstico no solo implica desconocer la patología, sino que también limita la posibilidad de iniciar tratamientos que pueden mejorar significativamente la calidad de vida. Según la Aamr, “la detección temprana facilita el manejo de la enfermedad, evitando su progresión a etapas avanzadas en las que la calidad de vida del paciente se ve especialmente limitada”. Por ello, además de promover la espirometría, la campaña también destaca la importancia de educar a la población sobre esta enfermedad. En palabras de la entidad, “una enfermedad de muchos, un diagnóstico de pocos, una oportunidad para todos”.
Tratamiento y prevención: pilares para manejar la Epoc
El manejo de la Epoc combina tratamientos médicos con cambios en el estilo de vida. Aunque la enfermedad no tiene cura, existen diversas opciones terapéuticas que permiten mejorar la calidad de vida de los pacientes. Según la Aamr, los tratamientos farmacológicos, como los inhaladores broncodilatadores, son la base del manejo clínico, ya que ayudan a mantener abiertas las vías respiratorias y reducen la inflamación. Los médicos también pueden indicar corticoides inhalados o medicamentos para tratar exacerbaciones agudas, que suelen ser causadas por infecciones respiratorias.
Además, el manejo integral de la condición incluye opciones no farmacológicas. Entre estas, destacan la rehabilitación pulmonar y la actividad física, fundamentales para fortalecer los músculos respiratorios y mejorar la capacidad funcional del paciente. Mientras que otro pilar fundamental es la educación sobre la enfermedad, ya que permite a las personas comprender mejor su condición, identificar señales de alerta y adoptar medidas que ayuden a reducir los síntomas.
En cuanto a la prevención, abandonar el tabaquismo es la acción más efectiva para reducir el riesgo de desarrollar Epocy para ralentizar su progresión en pacientes diagnosticados. Según la Aamr, “dejar de fumar o evitar iniciar el consumo de cigarrillo u otros humos es prioridad”, pero no es todo, ya que también es importante para proteger la salud respiratoria, limitar la exposición al humo de leña, productos químicos y contaminantes en ambientes laborales.
Epoc, del impacto global al personal
Según datos de noviembre de 2024 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2021 la enfermedad causó 3,5 millones de muertes, siendo la cuarta causa principal de defunciones en el mundo. Para quienes ya conviven con esta enfermedad, realizar cambios en su realidad diaria es esencial para mejorar su calidad de vida.
Dejar de fumar, realizar actividad física regular y protegerse de infecciones respiratorias son medidas fundamentales. Siendo que, según la OMS, vacunarse contra la gripe, la neumonía y la COVID-19 también son claves que permiten prevenir complicaciones graves. Incluso, es fundamental que los pacientes reciban educación sobre su condición, aprendan a identificar exacerbaciones, conozcan las técnicas correctas para usar inhaladores y establezcan rutinas de ejercicio adaptadas a sus capacidades.
La rehabilitación pulmonar, cuando está disponible, ofrece herramientas prácticas para mejorar la capacidad respiratoria y mantener la autonomía. Vivir con Epoc no está exento de desafíos, pero con acceso a tratamientos adecuados y apoyo continuo, las personas afectadas pueden llevar una vida activa. La clave está en combinar estrategias médicas, educativas y preventivas para enfrentar esta enfermedad de manera integral.
(Fuente: Infobae)