La recesión comienza a impactar sobre el consumo masivo. Luego de un retroceso leve del 3,8% en enero, las proyecciones de la consultora especializada Scentia anticipan una caída del orden del 9% en febrero. Cambian los hábitos de los consumidores, las empresas del sector proyectan un año difícil y enfocan su estrategia en la reducción de costos y el crecimiento de las segundas marcas. Además, hay alarma por la suba de la informalidad.
Con cierto delay, la licuación de ingresos se traslada a las góndolas de supermercados y autoservicios. Así lo refleja el último informe de Scentia que arrojó una caída del consumo masivo del 3,8% interanual en enero. La categoría que mostró un mayor retroceso fue bebidas alcohólicas con una baja del 11,3% y le siguió higiene y cosmética con un desplome del 7,3%.
El resto de las categorías: alimentación en general, productos de desayuno y merienda, perecederos, bebidas sin alcohol, limpieza de ropa y hogar, también estuvieron en rojo, salvo el rubro consumos impulsivos, que creció un 8,4%. Las estimaciones para febrero no son mejores. De acuerdo a los datos preliminares, la consultora especializada espera una caída de entre el 8% y 9% para el segundo mes del año.
Las empresas de consumo masivo ya tomaron nota y replantean su estrategia. Ajustes en los costos y foco en las segundas marcas para sostener el volumen: “estamos viendo un crecimiento de las marcas Tier 3”, advirtieron desde una importante firma del rubro y explicaron que “como en todo contexto de crisis la informalidad va ganando mercado, sobre todo en productos de limpieza”.
Sobre este punto, también expresó su preocupación la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Su presidente Alfredo González, consideró que “la única alternativa de supervivencia para muchas pymes es pasar a la informalidad”. El último informe de la entidad indicó que “enero fue un mes de muy poca venta, donde incluso los sectores de mayores ingresos se volcaron a productos de segundas y terceras marcas”.
En lo que hace a alimentos, los fabricantes se anticiparon a la tendencia desde el año pasado y lanzaron marcas alternativas en productos como leche, yogur, queso untable y manteca, entre otros. De esta manera canalizan el volumen en las marcas alternativas y el grueso de la rentabilidad en las tradicionales.
Otro fenómeno en las góndolas son las marcas propias de cada uno de los puntos de venta, ya sea supermercados, farmacias y perfumerías. Uno de los grandes jugadores de ese partido, le contó a Ámbito que registran subas de hasta el 40% en volumen en productos de cuidado personal y maquillajes.
En cualquier caso, el escenario es dinámico. Por ejemplo, con la eliminación del programa Precios Justos, los autoservicios de cercanía vuelven a ganar competitividad sobre los grandes superficies de supermercados. El cambio en las condiciones macroeconómicas traerá también nuevas estrategias hacia adentro de las empresas. (ambito.com)