Los relatos que aún resuenan en sus alrededores narran innumerables anécdotas de las personalidades ilustres que la recorrían, así como las injusticias que allí se vivieron.
Uno de los sectores más emblemáticos de Posadas es la Bajada Vieja, una calle histórica que conectó el río con la ciudad y desempeñó un papel crucial en su crecimiento demográfico al facilitar la entrada de personas y mercaderías. Esta fue una de las primeras calles de la actual capital provincial, originalmente de tosca. Con el paso de los años, se convirtió en el epicentro comercial y social, rebosante de vida y actividad de la primera mitad del siglo pasado.
Algunas de estas historias están retratadas en murales y estatuas que representan a personajes típicos de la orilla del río misionero, como pescadores y paseras transportando mercancías sobre sus cabezas o lavanderas. Además, se destaca el «Negocio de Doña Pomposa», un emblemático comercio de ramos generales que fue crucial para la comunidad del siglo XX.
Al ascender por la Bajada Vieja, se pueden apreciar elementos simbólicos como la figura de Andrés Guacurarí y una gran roca conocida como la piedra fundacional, que marca el lugar donde – según la tradición oral – era el adecuado para desembarcar . También se encuentra el “Monumento al Mensú”, inspirado en el cantautor y compositor Ramón Ayala.
Los mensúes se encuentran entre los personajes más trágicos, ya que eran trabajadores que llegaban desde diversos lugares, engañados por falsas promesas de empleo. Detrás de estas ofertas laborales se escondía un sistema de esclavitud impuesto por contratistas . Los patrones ofrecían préstamos usureros y acceso a alimentos en comercios de su propiedad con precios exagerados, que obligaba a los mensúes a trabajar incansablemente para saldar sus deudas. Los intentos de escape eran castigados con brutalidad, a menudo con azotes o incluso la muerte.
Además, la zona albergaba burdeles, lo que le otorgaba una vibrante y a la vez sombría vida nocturna, y provocó un gran brote de enfermedades de transmisión sexual en la época. Estas enfermedades fueron tratadas con penicilina, y con el tiempo, la calle fue rebautizada como Fleming, en honor al descubridor de este antibiótico.
El Trabajo Social en la comunidad
Con el paso de los años, se construyeron casas cuyos residentes carecían de los recursos para satisfacer sus necesidades básicas. Para abordar esta situación, se crearon diversas organizaciones comunitarias para brindar apoyo a estas personas.
A través de una Comisión de Socorros Mutuos, se comenzó a delinear el desarrollo social de los vecinos, contribuyendo significativamente a su bienestar. Estas iniciativas surgieron como una respuesta a la falta de protección social y laboral.
Durante la gestión del Dr. César Napoleón Ayrault, se construyó una capilla, un centro artesanal, una sala de primeros auxilios y un club de ajedrez. Este desarrollo ha continuado hasta la actualidad, mejorando la calidad de vida de la comunidad.