La presencia del acampe de policías de Misiones, docentes y personal de salud pública en gran parte de la Avenida Uruguay ha generado una serie de desafíos para los comercios locales. José Luis Gottschalk, comerciante de Don Emilio, compartió su perspectiva sobre la realidad de estar frente a esta situación.
Aseguró que los comerciantes en la zona, la presencia del acampe ha significado un notable descenso en la actividad comercial. «Es un parate comercial, porque al no circular la gente, entran muy pocos clientes», afirmó Gottschalk.
A pesar de los desafíos económicos que enfrentan, los comerciantes muestran solidaridad con la causa de los manifestantes. «La suciedad que genera la quema de cubiertas, el hollín y el olor a humo son molestos, pero acompañó al reclamo que es justo. Ayudamos a la gente, les damos energía eléctrica, agua y acceso a baños», señala Gottschalk.
Sin embargo, la afectación económica es innegable. «Nos hemos visto afectados en el desenvolvimiento económico y comercial, y además el caos que genera en el ambiente. El humo está lleno de hollín», añade.
El movimiento en la zona se ha visto drásticamente reducido. «Hay movimiento, pero no el usual. Obviamente, la gente que tiene que estacionar a dos o tres cuadras prefiere ir a otro comercio», explica el comerciante.
Gottschalk reconoce que la situación no era óptima antes del acampe, pero la protesta ha empeorado aún más las condiciones. «Anteriormente, no se vendía mucho, pero tras la protesta, menos», afirma.
A pesar de las dificultades, los comerciantes mantienen la esperanza de una pronta resolución. «Esperamos que se resuelva pronto. Vamos a salir por buen puerto«, concluye Gottschalk