Samuel Saucedo, coach y conferencista, compartió en su segmento de liderazgo y desarrollo personal, algunos de los errores más frecuentes que afectan la gestión de nuestras prioridades. Según Saucedo, estos errores impactan directamente en nuestra productividad y bienestar. En su intervención, destacó la importancia de organizar nuestras agendas de forma eficiente para optimizar el uso del tiempo.
Uno de los principales errores que mencionó Saucedo es la tendencia a sobreestimar la importancia de todas las tareas. «Creemos que todo es importante, lo que genera una lista interminable de actividades y nos desvía del enfoque», explicó. Esta falta de jerarquización en las tareas provoca que las personas no sepan por dónde comenzar, lo que lleva a la parálisis y a la baja productividad.
En segundo lugar, Saucedo abordó el problema de tener demasiadas prioridades. «Cuando tratamos de ponerle el mismo nivel de urgencia a todo, nos paralizamos», señaló. Según el coach, limitar las prioridades a un máximo de cinco o diez actividades diarias es clave para mantener el foco y evitar la frustración. Esta estrategia permite que las personas se concentren en lo esencial y puedan evaluar mejor qué tareas realmente requieren atención inmediata.
El tercer error que destacó es la tendencia a atender demandas pequeñas e imprevistas que surgen durante el día. Saucedo advirtió que este tipo de demandas, aunque aparentemente menores, pueden desviar la atención de tareas más importantes. «El problema de atender demasiadas cosas pequeñas es que terminan generando problemas mayores», afirmó. Según Saucedo, es crucial tener claro el orden de las prioridades para evitar que lo urgente desplace a lo importante.
En cuanto al último error, Saucedo enfatizó la idea de que muchas personas creen que todo en su vida es prioritario. «Creer que todo requiere nuestra atención puede generar baja autoestima y frustración», señaló. Esta mentalidad no solo disminuye la productividad, sino que también afecta el bienestar emocional, ya que la expectativa de cumplir con todo no se ajusta a la realidad de los recursos y el tiempo disponible.
Finalmente, Saucedo invitó a la reflexión sobre cómo cada uno organiza su tiempo y sus prioridades. «Es necesario hacernos conscientes de qué es realmente importante y qué puede esperar o delegarse», concluyó. La clave, según el coach, radica en simplificar las actividades diarias y establecer un plan claro para gestionar las tareas de manera efectiva.