En el corazón del barrio San Alberto, en el municipio de Puerto Rico, integrantes del Movimiento Evita Misiones se reunieron con un grupo de mujeres «que son un ejemplo vivo de lo que significa construir comunidad desde la empatía, el esfuerzo y la perseverancia».
El secretario general de la organización, Martín Sereno, comentó que allí un grupo de mujeres enfrenta la pobreza extrema «con una dignidad y una fortaleza que conmueve». Estas compañeras, que muchas veces deben caminar hasta el pueblo vecino para recolectar latas y vender aluminio por kilo, o aceptar cualquier tipo de changa que a veces apenas alcanza para cenar ese día, no se rinden», observó.
Destacó que a pesar de las adversidades, no solo luchan por el sustento de sus propias familias, sino que también sostienen un merendero para los niños y familias que atraviesan situaciones aún más difíciles.
«En nuestras conversaciones, nos compartieron sus sueños. Sueños que no se apagan, que se alimentan de la esperanza y del trabajo colectivo. Juntas planificamos talleres de capacitación y delineamos propuestas para mejorar sus tareas productivas. Esas ideas pronto se transformarán en acciones concretas», refirió Sereno.
Para el ex diputado provincial de Tierra, Techo y Trabajo, «la nobleza y la fuerza de estas mujeres son un recordatorio de que ninguna comunidad florece sin la sensibilidad de asumir las necesidades del otro como propias, sin la organización y sin el trabajo conjunto».
«Es un orgullo inmenso militar en un espacio que une convicciones, sueños y acciones. Unidos y unidas, avanzamos con la certeza de que podemos transformarlo todo. ¡Que su ejemplo inspire y despierte solidaridad en cada rincón!», exclamó el ex legislador.
Finalmente, resaltó que la sensibilidad es la fuerza que sostiene comunidades. «El trabajo colectivo transforma vidas. Unidos por los mismos sueños», sentenció Sereno.