Más allá de cuanto quiera pretenderse “exitoso” de parte de una “visión” unilateral, la Ley Bases que terminó aprobándose en general debió reconocer la potestad de las Provincias y la necesidad de su consentimiento, a través de los legisladores que las representan y que han obtenido su mandato en elecciones decisorias.
Acaso pueda decirse que éste no ha sido el triunfo “libertario” sino el de la responsabilidad institucional, ya que si bien entiende que hay una mayoría que respalda la elección del presidente Javier Milei, hay un acompañamiento que endereza la norma hacia las claras prescripciones de la Constitución nacional, puntualmente ignorada en el proyecto que el Poder Ejecutivo envió a la Cámara de Diputados.
La semana que viene el debate se centrará en artículo por artículo y podrá verse, en especial en el caso de la Renovación Neo y del bloque de Innovación Federal que comparte con otras Provincias, cómo la letra y espíritu de la Carta Magna estará en cada decisión que se adopte. Postura que dejaron claramente expuesta los legisladores misioneristas y sus pares de la bancada.
A saber: defensa de los derechos humanos, de trabajadores, jubilados; no al desguace de la cultura: cero retenciones para las economías regionales, en el caso de Misiones yerba, té, foresto industria, tabaco. Así como un no a las facultades delegadas por fuera de las determinaciones específicas que contempla la Constitución e impide al Ejecutivo sumar las atribuciones de otro Poder del Estado, en este caso el Legislativo.
Ahora bien, las postulaciones del misionerismo tienen que ver con su forma de militar la política: en el marco del respeto mutuo, el diálogo para la búsqueda del consenso. Cuestiones éstas que a nivel país parecen inalcanzables y por las que sin embargo vienen proponiendo ya las Provincias, independientemente de cuál fuera su pertenencia partidaria. En muchos casos, teniendo en consideración la forma de desenvolvimiento de Misiones y los logros conseguidos.
Más aún, la diputada Yamila Ruiz avanzó en las reflexiones al momento de su alegato final, en los momentos previos a la aprobación en general alcanzada por la mayoría, al señalar que la sociedad argentina ha dado un nuevo mandato “harta de las crisis sociales, políticas, institucional”. Y avanzó todavía más: “nos ha dicho que necesidad soluciones concretas a sus problemas, a sus necesidades”. Para plantear que igualmente demanda un trabajo conjunto, no discusiones bizantinas, estériles, que a nada llevan. Y va a perder el pueblo porque no tendrá soluciones a sus problemas y la política porque perderá credibilidad desgastando el rol de única herramienta para la transformación de la realidad.
Y la realidad es en extremo dura debido a que las decisiones tomadas hasta este momento han hecho más vulnerables a los vulnerables, a las personas que viven en la pobreza y la indigencia, a los jubilados que no pueden comprar todos los medicamentos que necesitan más allá de lo que aportaron toda su vida y hasta en el caso de aquellos a quienes sus patrones no aportaron y se jubilaron mediante moratorias que los llevan a seguir aportando desde la mínima para cubrir aquellos faltantes.
Hay una Argentina que necesita soluciones urgentes, un presente y una proyección de futuro. No necesita memes injuriosos. Ni fuerzas de seguridad armadas hasta los dientes y movilizadas para rechazar manifestaciones, cuando la inseguridad sigue cobrándose víctimas en las grandes urbes del país y el narcotráfico no cede ni un palmo.
Hace más de 50 días que terminó la campaña proselitista. Hace más de 50 días que se necesita un gobierno que gobierne pensando en todos los argentinos.
Un gobierno debe gobernar para toda la sociedad (Editorial)https://t.co/4jEB0rRb4w pic.twitter.com/l9ScOKMhem
— Jorge Kurrle (@jorgekurrle) February 4, 2024