La Cámara de Representantes aprobó la Ley de Promoción de la Producción de Bioinsumos y la prohibición gradual del glifosato, que quedó constituida con la unión de diferentes iniciativas, presentadas por diputados Carlos Rovira (FR, presidente de la Legislatura)) y Martín Sereno (Tierra, Techo y Trabajo) y los ex legisladores Marta Ferreira, María Salas de Coombes y Carlos Goring, entre otros.
La norma establece un marco regulatorio para la investigación, desarrollo, producción, procesamiento, registro, comercialización y utilización de productos biológicos naturales, conocidos como bioinsumos, que aportan a las políticas de sostenibilidad y sustentabilidad aplicadas a la agroindustria en la provincia.
Además determina la prohibición de la utilización del glifosato, sus componentes y afines en el territorio provincial.
«Se establece que esta prohibición entra en vigencia luego de dos años desde su publicación oficial para una transición progresiva del cambio cultural de los sistemas productivos actuales implementado a partir de la Ley XVI-N°124, hacia métodos más amigables con el ambiente».
Para garantizar su cumplimiento, se prevén sanciones a quienes no respeten lo establecido, con base en base al capítulo X de la Ley de Productos Fitosanitarios y Domisanitarios de Saneamiento Ambiental, y las contempladas en la Ley XVI-Nº 35, sin perjuicio de otra pena impuesta por la normativa vigente, que contemple conductas específicamente tipificadas.
Esto motivó críticas en algunas asociaciones rurales, a las que respondió el diputado Sereno, uno de los autores de la ley. Destacó que existen miles de experiencia que demuestran que «la agroecología es el mejor camino para producir alimentos en nuestra provincia y en el país, que la utilización de glifosato y otros agrotóxicos es nociva para la tierra, para la producción; implica un costo más alto, mata el suelo, no genera arraigo ni mano de obra, y sí alimentos plagados de tóxicos y permanecen en quienes los consumen», expresó.
Hay experiencias de producción de alimentos sin venenos
El diputado de TTT recordó que entre los años 2016 y 2017, su espacio político impulsó una primera iniciativa en la que planteaba la prohibición del glifosato en los ámbitos urbanos, espacios públicos, y lugares cercanos a los cursos de agua.
«Y en el 2019, elaboramos este proyecto de ley en el que propusimos que se extienda la prohibición de la utilización de venenos en la producción de alimentos frescos en toda la provincia. En cuatro años confluyeron otros proyectos para generar la mejor norma posible, que formaron parte de un dictamen conjunto, y se agregó la prohibición de bioinsumos; pero recién a partir de la publicación de la ley, se esperan dos años para ejercer la prohibición», detalló Sereno.
Consideró que hay sectores que por desconocimiento, ignorancia o por intereses se oponen a esta ley que «claramente marca que éste es el camino a seguir por muchas razones: el calentamiento global, la calidad de la tierra, el costo para los y las productoras, y fundamentalmente la salud ambiental y humana de nuestro pueblo. Por supuesto que es un cambio de paradigma que termina con esa falsa teoría de la revolución verde, que en realidad es un negocio para las corporaciones que producen fertilizantes y todo el paquete tecnológico que venden para producir, y es lógico que haya resistencia, porque estamos hablando del debate sobre un nuevo modelo productivo», puntualizó.
Dijo que como legislador e integrante de un colectivo, «estamos orgullosos y orgullosas de esta ley por la que luchamos y luchan miles de familias campesinas, agricultoras y pueblos originarios a lo largo del país durante décadas. Es una conquista histórica, y sobran argumentos para defenderla, muestras en trigo, en maíz, en cualquier producción es posible comprobar que se puede producir con rindes similares al modelo agropecuario actual y a costos muchos más bajos», remarcó.
En esta misma línea de trabajo el bloque TTT elaboró y logró la sanción de leyes de Huertas Escolares, Soberanía Alimentaria, de Protección de Semillas Nativas y Criollas, de Fruticultura.
«Seguimos avanzando legislativamente, y nos queda pendiente la Ley de Arraigo Rural que posibilitará la vuelta al campo para descomprimir las ciudades, generar condiciones dignas, trabajo y poblar las zonas rurales de manera equitativa. Estamos felices con esta conquista histórica que trae presente y futuro para las familias agricultoras de Misiones», manifestó Sereno.
«El agronegocio es un modelo que está agotado»
En ese sentido, el investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), Martín Zamora, refrendó que el agronegocio es un modelo agotado y hay que apostar a la agroecología como una forma diferente de pensar la ruralidad, con vida en los campos.
«Se puede producir sin agroquímicos y a costos mucho más bajos para las y los productores, con un modelo más diversificado, no monocultivo, e integrarlo a la ganadería para generar más trabajo y arraigo en el campo. Creo que es posible recuperar la biodiversidad de los suelos y retener carbono, bien preciado en tiempos de discursos sobre el cambio climático».
Zamora agregó que la sustentabilidad una de las patas es lo productivo, pero también tiene que ser lo económico, lo ambiental y lo social porque la agroecología plantea todos estos problemas y tienen respuestas.
«Bajar los costos, mantener los rendimientos, darle más rentabilidad al pequeño productor -es decir menos riesgo productivo-, hace que se mantenga en el campo y se valorice la vida rural. Esto fue lo que nos impulsó a comenzar a pensar desde la agroecología, pensar otra agricultura frente al actual sistema agrícola que no es sustentable”, sentenció.
El ingeniero agrónomo convocó a terminar con una forma de producción que «destruye nuestros recursos naturales, instituciones como el Inta o las Universidades nacionales tienen que plantear estos desafíos», pidió.