A una semana de las Paso, el consultor y analista político Gustavo Córdoba dijo este sábado a Puntal que la actual “es una campaña de descalificaciones que desalienta y no incentiva demasiado la participación electoral”.
-A una semana de las Paso, ¿cuál es su visión?
-En principio, destacar que estas pueden ser unas de las elecciones presidenciales de perfil más bajo y que nos den, quizás por primera vez en la historia, una participación electoral por debajo del 70%. Creo que aquí han confluido muchos factores, ¿no? Pero entre varios te destacaría el poco incentivo que tienen los votantes para ir a votar, la insuficiente capacidad de escucha de toda la dirigencia política respecto de cómo la sociedad está viviendo en este contexto económico, político y social y, por último, te diría también la incapacidad de la política de buscar consensos.
Creo que aquí hay un combo de que todo eso junto nos va a dar una sensación media amarga, cuando estemos contando ya o sepamos el perfil de la elección porque, eventualmente, hay que pensar que todo el abstencionismo que ha venido ocurriendo en la Argentina en las elecciones provinciales y que, si bien esta es una elección jerárquicamente distinta, es probable que tengamos también un perfil de ausentismo importante.
Y aquí te diría algo: creo que el elemento central es analizar si, efectivamente, se produce este ausentismo o baja en la participación, ¿a quién beneficia o a quién perjudica? Porque de ninguna manera va a ser transversal a todos. Yo creo que puede beneficiar o perjudicar a determinados sectores.
-¿Cómo está observando a los distintos candidatos presidenciales?
– A Sergio Massa, con una ventaja. Como ministro de Economía tiene el margen de maniobra y lo estamos viendo que se está multiplicando, ¿no? En la mitad del día es ministro, en la otra mitad del día es candidato. Pero la clave hace que la enorme dificultad que tiene Massa es que, si la economía no le responde hacia la elección de octubre, toda la posibilidad de seguir gobernando la Argentina o el sueño de poder ganar la elección presidencial va a quedar solamente en ello. Si la situación no se controla, las chances de Massa de ganar la elección presidencial van a ser prácticamente nulas.
Después tenés a Javier Milei, que creo que también tiene una ventaja, que es que cuando él habla exclusivamente de economía consolida un núcleo duro de votantes, que es muy relevante, muy importante. Pero cuando deja de hablar de economía las cosas se le ponen un poquito complejas. Habrá que ver su capacidad de fiscalización, habrá que ver su capacidad de cuidar el voto a lo largo y a lo ancho de la Argentina. Pero yo no tengo dudas de que va a ser un gran protagonista.
La sola presencia de Milei habla a las claras de que, al menos por esta elección, el bipartidismo con el cual veníamos disputando elección tras elección hoy es un tricolisionismo. Porque no podemos dejar de observar que la presencia de Milei influye de manera significativa, por ejemplo, en evitar que Juntos por el Cambio gane en primera vuelta.
-Y la gran incógnita obviamente es la interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, ¿no?
-Indudablemente, porque además hemos visto encuestas para todos los gustos. Eso por un lado y, por el otro, le diría que esta primaria de Juntos por el Cambio es realmente determinante, porque no es lo mismo para Massa y para Milei que gane Larreta o que gane Bullrich. Hay un montón de cuestiones que se desprenden de quién gana o quién pierda.
La primera que hay que analizar es el porcentaje de retención que tienen entre sí. Hoy, yo te diría, ambos retienen el 50% del otro. Es decir, que si, supongamos, Larreta saca 15 y Bullrich saca 14, es probable que solamente un 7% de Bullrich, es decir, la mitad, vaya a votar a Larreta. La otra mitad probablemente concurra a votar a Milei, en una primera instancia y, luego, seguramente, al ausentismo o al voto en blanco.
-¿Yal cordobés Juan Schiaretti cómo lo ve?
-Creo que el objetivo electoral de los 10 puntos va a ser un objetivo, quizás, demasiado alto. La posibilidad de que él obtenga un perfil de voto entre 3 y el 5% sería bastante razonable. Lo que sí creo que un punto electoral en la Argentina de la primera vuelta, allá por octubre, va a ser sumamente disputado, sumamente valioso.
Así que, eventualmente, habrá que ver si para Schiaretti y su estrategia es lo mismo que gane Bullrich o que gane Larreta. Yo creo que si gana Larreta puede haber una posibilidad de confluencia electoral a partir de lo que él obtenga hoy en las Paso. Ahora, con una victoria de Bullrich, lo veo, quizás, mucho más complicado.
-Y la pregunta del millón:¿qué va a pasar el 14 de agosto económicamente hablando?
-Con la economía no creo que haya más dramatismo que lo que estamos viviendo en estos momentos. Creo que hay una dosis de incertidumbre muy grande, pero por supuesto que siempre hay especulaciones en torno a si sube el dólar o si va a haber problemas en la economía. Yo creo que, de un tiempo a esta parte, siempre tenemos problemas con el dólar, siempre tenemos problemas con la economía.
Lo que está claro es que necesitamos políticos que, en lugar de jugar al quiebre o a la ruptura, busquen conciliar intereses económicos y políticos para determinar políticas de Estado. Yo no conozco país en el mundo que haya salido de altos índices inflacionarios sin diálogos institucionales. Y para ello se tienen que sentar a dialogar.
De hecho que hoy vivimos una época de tribalización donde cada sector se autocelebra. Es decir, habla, descalifica al oponente interno y se aplaude a sí mismo ante cada descalificación. Entonces es muy difícil por ahí encontrar un punto de acuerdo por el cual los argentinos tengamos una expectativa económica distinta.
Si eventualmente vemos el 14 de agosto un discurso racional en el que los principales candidatos se ponen de acuerdo en algún horizonte económico, ahí habría que ser optimista. Vamos a ver. Yo creo que la elección que tenemos por delante no nos permite ver qué va a pasar más allá del 13 de agosto.
-Yen el medio está el divorcio entre los dirigentes políticos y la gente, no?
-El contexto es muy relevante. Nosotros sabemos que las campañas electorales tienen un rol y hay que darle al electorado mucha información para que pueda votar de la mejor manera. Ahora, no podemos dejar de mencionar que vivimos una época en la que se verifica un quiebre entre lo que opina la gente y lo que opina la política.
La política pareciera que está en otro andarivel distinto al de la gente. Verificamos también un quiebre entre el voto joven y el voto adulto. Creo que como nunca estamos llegando a una elección presidencial en la que el voto joven es hoy un oscuro objeto del deseo porque nadie lo puede descifrar y nadie lo puede entender.
Los jóvenes tienen una identidad mucho más difusa, mucho más dinámica. Pueden votar distintas cosas al mismo tiempo. Ayer votaron a Juntos por el Cambio o al Frente de Todos y hoy votarán a Milei o a la izquierda. Entonces ahí hay un diferencial que esta elección lo va a poner de manifiesto porque, entre otras cosas, el segmento electoral que más va a ir a votar va a ser el segmento joven.
-¿Fue esta una campaña sin propuestas?
-Extraño las campañas electorales presidenciales, no con un debate presidencial, que lo vamos a tener después, pero sí con un debate de ideas. Esta campaña de descalificaciones me parece que es desalentadora y no incentiva demasiado a la participación electoral. Ojalá los políticos comprendan la importancia que tiene dialogar y que lo ejerciten cada vez más.
(Fuente: Puntual)