La frontera sur de Brasil exporta más que toda Misiones y Corrientes juntas, pero enfrenta congestión y altos costos logísticos. El Puerto de Posadas —hoy el único operativo del Alto Paraná— es la pieza clave para captar cargas vecinas y motorizar la integración productiva prevista en el Pacto de Mayo.
Misiones está sentada sobre una oportunidad estratégica que no termina de aprovechar. A menos de 200 kilómetros del Puerto de Posadas, municipios brasileños como Cascavel, Matelândia o Foz do Iguaçu exportan volúmenes gigantescos que superan por amplio margen todo el comercio exterior misionero. Sólo Cascavel mueve US$ 465 millones anuales, Matelândia US$ 330 millones y Foz do Iguaçu US$ 265 millones. En total, esa franja productiva del sur brasileño suma US$ 3.300 millones por año.
En comparación, Misiones exportó US$ 444 millones en 2024; Corrientes, US$ 261 millones. Es decir, una sola ciudad brasileña en la frontera mueve más que toda la provincia.

Pero esa potencia exportadora enfrenta un problema creciente: congestión en los puertos brasileños, largas distancias hasta las terminales marítimas y costos elevados. Allí es donde aparece la oportunidad argentina: canalizar parte de esas cargas a través de los puertos de Posadas, Eldorado, Santa Ana e Ituzaingó, todos ubicados en el tramo argentino del Alto Paraná.
Un único puerto operativo: Posadas
La región del Alto Paraná está hoy subutilizada por la Argentina. Excepto por el Puerto de Posadas, ningún otro puerto del tramo funciona de manera plena. Y el de la capital misionera trabaja con limitaciones: mueve 120 contenedores mensuales y opera gracias a un waiver que le permite usar barcos extranjeros, porque la Ley de Cabotaje, vigente desde 1944, impide hacerlo bajo las reglas normales.
Mientras tanto, del lado paraguayo, bajo un marco regulatorio más flexible, hay nueve puertos plenamente operativos en esa misma sección del río, principalmente orientados al transporte de soja.
La frontera brasileña a 200 km: un mapa productivo gigantesco
El análisis del IERAL NEA identifica más de un centenar de municipios brasileños dentro del “radio operativo” de los puertos argentinos —Posadas, Eldorado, Santa Ana e Ituzaingó—.
Esa franja se reparte entre Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná y produce:
Carne aviar y porcina (Cascavel, Matelândia)
Soja y granos
Alimentos procesados
Maquinaria y autopartes (norte de la zona)
Cerámica, papel, vajilla y hortalizas (Foz do Iguaçu)
Ese volumen exportador —mucho mayor que el de Misiones— se ve trabado por la dependencia de puertos que están lejos o saturados. De allí surge la posibilidad de desviar cargas hacia territorio argentino: Misiones podría convertirse en prestadora de servicios logísticos para Brasil.
Qué podría mover cada puerto argentino
Según el IERAL NEA:
Puerto de Posadas (operativo) → contenedores y cargas de proyectos especiales (multimodal).
Puerto de Eldorado (requiere inversión) → contenedores.
Puerto de Ituzaingó (recién inaugurado, sin operador aún) → contenedores y cargas especiales.
Puerto de Santa Ana → cargas a granel (soja, fertilizantes).
La diversificación es clave para competir con la infraestructura brasileña y paraguaya.
El nuevo puente San Javier–Porto Xavier, un giro decisivo
Brasil confirmó hace un mes que iniciará la construcción del nuevo puente internacional entre San Javier y Porto Xavier.
Ya se superaron la licitación y la firma del contrato con la constructora. La obra acelerará los tiempos logísticos y facilitará el movimiento de carga brasileña hacia los puertos misioneros.
Con ese puente operativo, Posadas quedará conectada de manera directa con los grandes clusters productivos de Rio Grande do Sul, especialmente los de carne y soja.
Pero falta lo más difícil: modernizar las reglas argentinas
Para que esta oportunidad se vuelva realidad, el economista Gerardo Alonso Schwarz señala que el país debe avanzar en reformas que están incluidas en el Pacto de Mayo:
- Modernizar la Ley de Cabotaje
Hoy prohíbe usar barcos extranjeros.
Dificulta registrar buques con bandera argentina.
Impone rigideces laborales y técnicas.
Obliga a operar bajo costos muy superiores a los regionales.
Sin este cambio, el transporte fluvial seguirá siendo prohibitivo. - Recuperar la hidrovía del Alto Paraná
Dragado
Balizamiento
Navegación nocturna - Reformar convenios sindicales que hoy encarecen la operación
- Simplificar certificaciones, controles e inspecciones
Menos burocracia y más agilidad para competir con Paraguay y Brasil.
Un horizonte estratégico para Misiones
Si se concretan las reformas y se expanden las inversiones, Misiones puede:
aumentar su propio volumen exportador,
atraer cargas brasileñas,
mejorar la escala logística regional,
reducir costos de transporte,
potenciar el Puerto de Posadas como nodo multimodal,
y transformarse en un prestador de servicios logísticos para la frontera sur de Brasil, algo inédito para la provincia.
Conclusión
La apertura comercial prevista en el Pacto de Mayo no es sólo un compromiso macroeconómico. En Misiones, es una oportunidad concreta y medible: captar parte de un mercado logístico brasileño que mueve US$ 3.300 millones anuales.
Para eso, es imprescindible modernizar las reglas que hoy encarecen el transporte fluvial, consolidar el Puerto de Posadas, activar Eldorado e Ituzaingó, y terminar las obras de Santa Ana.
Si Argentina logra adaptar su marco jurídico y mejorar la infraestructura, Misiones podría convertirse en una nueva plataforma logística para el sur de Brasil —y, por primera vez, el río Paraná sería una autopista fluvial al servicio del desarrollo misionero.




