Para el sector privado, la tasa de pobreza se ubicó en el tercer trimestre cerca del 38%. Las proyecciones indican que terminaría el 2024 por debajo del 40%, una cifra menor a la del cierre de 2023. Sin embargo, los especialistas advierten que el «termómetro de la pobreza no está midiendo el aumento de los servicios públicos y la caída del poder de consumo en el presupuesto familiar».
Entre los datos que más golpearon al Gobierno de Javier Milei durante su primer año de gestión se destacaron dos que están interconectados: el índice de pobreza y el poder adquisitivo de los trabajadores. La pobreza llegó a un pico del 52,9% en el primer semestre de 2024 y ahora, según lo dicho por el propio Presidente, se ubicaría debajo del 37%. ¿Qué posibilidades reales existen de que el dato llegue a ese umbral?
«La pobreza en la frecuencia mensual, medida por Martín González Rozada de la Universidad Di Tella, muestra que la bajamos de 57% a 36%; es decir, bajamos 21 puntos la pobreza y sacamos a casi 10 millones de personas de la pobreza. En ese contexto, donde sigue bajando la inflación, siguen subiendo los salarios reales y las jubilaciones, donde a la gente le va muchísimo mejor, estamos en niveles de popularidad récord y tenemos intención de votos del orden del entre el 45% y el 50%», señaló el mandatario.
El dato surge del Nowcast de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), que estimó que la cifra de pobreza se ubicaría en 36,8% en el segundo semestre y se basa en la proyección de la estructura del mercado laboral y de los deciles de los ingresos totales familiares (ITF) de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
La medición del Nowcast de pobreza de la UTDT contrasta con el dato de cierre de la administración de Alberto Fernández, cuando alcanzó el 41,7%, mientras que la indigencia se ubicó en el 11,9%.
Pobreza e indigencia: estimaciones privadas para el cierre del 2024
Tras los incipientes datos de la última EPH, González Rozada estimó que en el tercer trimestre la pobreza se ubicó en el 38,3%, mientras que en el semestre transcurrido entre abril y septiembre habría alcanzado el 44,6%. La Universidad Católica Argentina (UCA) coincidió con este dato y proyectó que la indigencia -con esta información- se posicionará en el 9,2%.
Aunque, el director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, Agustín Salvia, planteó en diálogo con Ámbito que el dato «fino» se conocerá la semana que viene, cuando el jueves 20 el INDEC dé a conocer la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) total urbano del tercer trimestre, que permitirá tener una estimación de pobreza más certera.
Extrapolado a la población total, esto implicaría que existen en Argentina unos 18.026.907 pobres, de los cuales 4.330.222 se encuentran bajo el umbral de la indigencia.
En ese sentido, desde la UCA se destaca que existe un piso estructural de pobreza que es del 33% desde 2018, tras la crisis de deuda del gobierno de Mauricio Macriy que se disparó aún más con la pandemia, alcanzando niveles del 41,7%, al cierre de la administración de Fernández.
Para Salvia, el dato de pobreza de cierre de 2024 estará por encima del 37%, una cifra similar a la que había brindado a mediados del año pasado a este medio en exclusiva. En ese momento, remarcaba que para llegar a estos niveles, la inflación debía ceder y los salarios observar una recuperación frente al Índice de Precios al Consumidor (IPC), al igual que los programas sociales.
Nobleza obliga, la inflación se desaceleró fuertemente en el segundo semestre del año y los programas sociales subieron en 2024 por encima de la inflación: la Asignación Universal por Hijo (AUH) tuvo un incremento del 351% y la Tarjeta Alimentar del 137,5%.
El salario, por su parte, no corrió con la misma suerte: los registrados (privados y públicos) crecieron en noviembre, último dato formal de INDEC, pero perdieron 4,9% real. Este deterioro es explicado en su totalidad por los sueldos estatales, ya que en este segmento la pérdida respecto de noviembre de 2023 es del 14,5%, pese a que acumula cinco meses consecutivos sin retrocesos. Por el contrario, en el sector privado ya recuperaron el nivel previo a la llegada de los libertarios a Casa Rosada, aunque se ubicaron apenas 0,5% por encima.
En tanto, el desempleo tocó un nivel de 7,7% en el primer trimestre y hacia el tercero se desaceleró al 6,9%, aunque aún sigue por encima del umbral de 2023. Además, hay un fuerte crecimiento de la subocupación (11,4% vs. 10,3%). La contracara de la destrucción de empleo formal con descuentos de jubilaciones y mayores derechos -como aguinaldo, vacaciones pagas y obra social- es el crecimiento del monotributo.
«Si bien hay una mejora real con respecto al primer trimestre de 2024 y levemente mejor que el cuarto trimestre de 2023, los niveles de pobreza estadística son similares al promedio del 2023 y, por otra parte, no están midiendo lo mismo», catapultó Salvia, que añadió a su análisis: «El cambio de precios relativos en un contexto de baja inflación con ajuste de tarifas y sin creación de empleo, hace que el presupuesto familiar se recargué más en pagar servicios públicos y haya menos capacidad de consumo. Y eso el termómetro de la pobreza no lo está midiendo».
Este último fenómeno que destaca Salvia está relacionado con el cambio en las ponderaciones del índice de inflación y de las canastas básicas que mide el INDEC y que aún está estancado. (ambito.com)