En el bloque Ambiente, Sociedad y Sustentabilidad, la conductora Sonia Weisheim charló con Pablo Neme, autor de La Grieta Silenciosa, un proyecto académico que analiza las desigualdades sociales, económicas e institucionales entre el norte y el centro de la Argentina. El trabajo busca comprender por qué existen regiones con alto desarrollo y otras con un atraso estructural persistente.
Neme explicó que el concepto de “grieta silenciosa” no se refiere a una división política, sino a una brecha material y estructural. “Se trata de una división económica y estructural mucho más profunda y silenciosa, porque se manifiesta en los indicadores sociales”, afirmó. Agregó que los habitantes del norte del país “tienen dos a tres veces más probabilidades de ser pobres que quienes viven en el centro”
las mujeres del norte tienen un 50% más de probabilidades de ser víctimas de violencia de género”.
Durante la entrevista, señaló que esta desigualdad se expresa en distintos niveles del desarrollo. “La grieta se puede medir en kilómetros de rutas pavimentadas, en tasas de mortalidad infantil o en niveles de terminalidad educativa”, sostuvo. Según explicó, el estudio muestra que la desigualdad regional “se ha naturalizado y define la calidad de vida y las oportunidades de millones de argentinos”.
También destacó el papel de las instituciones en el crecimiento económico de las regiones. “Las instituciones son las reglas de juego de la sociedad. Cuando son disfuncionales o están capturadas por élites, frenan el desarrollo”, señaló. En ese sentido, diferenció entre sociedades que promueven la autonomía económica y aquellas que dependen del asistencialismo estatal.
Hay regiones que demandan estabilidad y baja inflación, y otras que demandan subsidios y planes sociales”.
Otro eje del estudio aborda el papel histórico de la inmigración. Neme recordó que entre 1880 y 1930 la Argentina promovió la llegada de inmigrantes europeos, pero que “la mayor parte se asentó en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe”. En relación con Misiones, indicó que “es un caso paradigmático, porque fue fundada por inmigración europea masiva, pero no alcanzó los niveles de desarrollo del centro del país”.
Finalmente, Neme reflexionó sobre las condiciones necesarias para modificar estas trayectorias históricas. “Las transformaciones son posibles cuando aparece un hecho histórico extraordinario o un liderazgo con buena fe, pero también cuando la sociedad demanda un cambio real”, expresó. Y concluyó: “Todo depende de la sociedad. Sin demanda social, las trayectorias tienden a repetirse”.




