Un año complejo se despide y el futuro se muestra incierto. Al menos así ocurre a nivel nacional a partir de los cambios que pretende realizar el presidente Javier Milei, con un mecanismo cuestionado como es el decreto de necesidad y urgencia, porque evade el Congreso de la Nación concentrando poder en el Ejecutivo, que de por si lo tiene en el sistema argentino que es presidencialista. No hay tal necesidad ni tal urgencia que al menos dé alguna razón de ser a la decisión adoptada y mucho menos por la enormidad de leyes que pretenden derogarse sin más trámite.
Hay además observaciones en cuanto a que muchas de las más de 300 leyes impugnadas están hechas “a la medida” de determinadas grandes empresas, presuntamente defensoras de la libertad económica cuando, en realidad, habrían recurrido a esta inédita injerencia del Estado. La posterior “ley ómnibus” no le va en saga y sigue avanzando con “reformas” enderezadas a desregular la economía en un nivel y profundidad tampoco visto antes.
Ahora bien, la pregunta del millón es: ¿habilita el 56% de los votos arremeter con todo? ¿Profundizar la pobreza y la indigencia, la pérdida de fuentes de trabajo, el cierre de empresas?
Todo en aras de una libertad que le quita presencia al Estado en la economía.
Con este panorama y estos interrogantes ingresa el país al año 2024 y Misiones vuelve a hacer la diferencia. Porque también aquí se votó a Milei para la presidencia, pero a nivel provincial fueron los candidatos del Frente Renovador de la Concordia los que accedieron al gobierno con mucho más apoyo de la ciudadanía: casi el 70% de los sufragios.
Y en estas primeras semanas de gestión, en las que Milei habría perdido adhesión a razón del 1% diario hasta llegar ahora al 56% de imagen negativa, según una consultora nacional, los gobernantes misioneros siguen estando entre los de mejor imagen del país: Hugo Passalacqua y Leonardo Stelatto.
Las evidencias de esa adhesión están a la vista: Misiones mantuvo sus políticas públicas centradas en el interés de la gente, en propender a la mejora en la calidad de vida. A saber: entrega de viviendas sociales; inauguración de un Hospital Nivel I pero con alta tecnología en Panambí, entrega de nuevas unidades del programa Ahora Taxi.
Pero además se dio una respuesta positiva a lo que muchas personas estaban esperando: la extensión de la vigencia de los programas Ahora que vencían en este mes de diciembre. La extensión los lleva hasta el mes de abril del nuevo año, con todas sus variantes, excepto aquella en la que participaba la Nación: el Ahora + 21, por el que ha solicitado su continuidad el gobernador Passalacqua al Ministerio de Economía de la Nación.
Estos programas permiten adquisiciones con tarjetas de crédito en cuotas. Una financiación que recobra importancia tras la devaluación que ha golpeado gravemente los bolsillos del consumidor y la producción de las empresas. Al punto que la Confederación de la Mediana Empresa (Came) ha pedido el regreso del sistema de compras con financiación en cuotas y con tasas preferenciales.
Los pedidos a la Nación, en realidad son variados, principalmente, los referidos a los compromisos asumidos por el Estado (que, como tal, tiene continuidad no importa si ha cambiado de signo el gobierno). Tal el caso el Fondo de Incentivo Docente, cuyo incumplimiento por parte de la nueva gestión nacional ha cercenado gravemente el sueldo de los docentes de todo el país.
Las diferencias entre la incertidumbre y las certezas en el ingreso al Nuevo Año (Editorial)https://t.co/nZJFGhDaNE pic.twitter.com/qXhASwYIR7
— Jorge Kurrle (@jorgekurrle) December 31, 2023