(Por Fernando Piesco) Frente a recientes declaraciones que ponen en duda la eficacia de las respuestas ante depredaciones por yaguareté, desde la experiencia directa en campo, afirmamos con hechos: la convivencia es posible y ya está en marcha. El trabajo coordinado entre instituciones públicas y organizaciones civiles demuestra que el consenso ambiental público-privado es la única vía real y efectiva.
En los últimos días, algunas declaraciones públicas — emitidas desde fuera del territorio— han puesto en duda la eficacia de las respuestas ante los eventos de depredación por parte de yaguaretés en Misiones. Por trabajar en terreno todos los días considero necesario aportar claridad, datos concretos y una perspectiva responsable.
Afirmar que la respuesta a los casos de depredación es “inadecuada” nos habla de un desconocimiento del despliegue que ocurre en terreno no solo es injusto, sino potencialmente peligroso. La ciudadanía merece saber que sí hay un plan de acción, que sí se interviene, y que sí hay resultados
Casos concretos, acciones reales
Andresito – Kunumí:
Tras depredaciones reportadas, se capturó al ejemplar, se colocó un collar de rastreo y
se trabajó con los productores locales para mejorar el manejo del ganado y reducir los
conflictos.
Intervinieron: Proyecto Yaguareté, Aves Argentinas, Instituto Misionero de
Biodiversidad (IMiBio), Güirá Oga y el Ministerio de Ecología.
Zona de Iguazú (2000 hectáreas):
Se llevaron adelante acciones educativas y acompañamiento técnico, consolidando
estrategias de convivencia.
Participaron: Proyecto Yaguarete, IMiBio, Ministerio de Ecología.
Esperanza y Wanda:
Siendo estos los últimos casos registrados de depredeacion de un ternero por parte de un
yaguareté, se instalaron cámaras trampa y dispositivos de iluminación disuasoria
(Foxlights), además de brindar recomendaciones de manejo ganadero para reducir
riesgos.
Participaron: Fundación Vida Silvestre, Proyecto Yaguarete, IMiBio, Ministerio de
Ecología.
Zona sur del Corredor Verde (2 de Mayo y Aristóbulo del Valle):
También se han registrado alertas recientes que fueron atendidas con rapidez. En una de
ellas, miembros del equipo territorial de OHANA junto al Director de Áreas Protegidas
del Ministerio de Ecología asistieron a una comunidad que reportó el avistamiento de un
felino de gran porte. La comunidad tenía miedo, como es natural frente a lo
desconocido. Pero gracias al asesoramiento, la escucha activa y el acompañamiento
sostenido —con el apoyo de Proyecto Yaguareté— se instalaron cámaras y se promovió
el seguimiento de la situación.
El resultado fue una comunidad empoderada, comprometida con la conservación y
ningún yaguareté lastimado.
Lo que sí está ocurriendo en Misiones
La provincia se ha convertido en una referencia internacional en políticas públicas de
conservación. Desde la implementación de bonos de carbono hasta la creación de un
seguro de compensación por depredaciones, Misiones apuesta a la convivencia con la
fauna silvestre como un camino viable, innovador y necesario.
En ese marco, organizaciones de la sociedad civil y organismos del Estado
trabajamos codo a codo, como en un cónclave ambiental, para garantizar la
convivencia con especies emblemáticas como lo es el yaguareté. Y esa alianza se
materializa con presencia en territorio, con decisiones rápidas, recursos invertidos y
conocimiento técnico.
Cuando alguien afirma públicamente que “no se está haciendo nada y niega la
existencia de acciones claras y efectivas”, sin tener participación en los operativos,
presencia en territorio ni información actualizada, genera miedo, desinformación y
pérdida de confianza social.
Tras una de estas notas, un usuario comentó en redes:
“Un escopetazo y chau si ingresan a terreno privado. Defensa propia ante posible
ataque.”
Ese es el verdadero riesgo de la desinformación: alienta respuestas erróneas, miedo y
puede comprometer años de trabajo silencioso, técnico y respetuoso.
Lamentablemente, no todos comprenden el valor de este trabajo.
Hay quienes, desde la distancia, se adjudican éxitos sin haber pisado el barro, o
critican con liviandad a quienes sí lo hacen, mientras recaudan sin invertir en
territorio.
Algunos sostienen que un plan exitoso de convivencia con cercos electrificados estaba
en marcha, y al mismo tiempo afirman que los ganaderos hicieron desaparecer a la
especie del sur del Corredor Verde. Ambas cosas no pueden ser ciertas a la vez.
No se trata de entrar en polémicas estériles, porque lo que está en juego no es un
nombre, sino algo mucho más valioso: la confianza de la sociedad en que es posible
vivir junto a la naturaleza sin miedo. Desde OHANA —centro de conservación de fauna
silvestre gestionado por la Fundación Dante Piesco— alentamos a la comunidad a
apostar por una convivencia sana, responsable y comprometida, sabiendo que los
misioneros, y los argentinos, somos guardianes de uno de los últimos grandes tesoros de
biodiversidad del continente.
Hoy, hay muchas personas —veterinarios, biólogos, técnicos, guardaparques,
funcionarios, vecinos, productores— que día a día sostienen este trabajo con vocación,
evidencia y compromiso real.
La convivencia con el yaguareté no es una utopía: es una construcción colectiva y
sólida. Y en Misiones, lo estamos logrando!
(*) Fernando Piesco
Presidente Fundacion Dante Piesco
Director OHANA Centro de Rescate de Fauna Silvestre




