Este martes se realizó una significativa donación al Servicio de Kinesiología y Rehabilitación del Hospital Madariaga de Posadas, donde se entregaron 77 muletas. Este donativo es parte de un proyecto colaborativo que aún tiene como meta completar la entrega de 100 unidades. El encargado de este servicio, el Dr. Gisin, destacó la importancia de esta iniciativa que beneficia directamente a personas en rehabilitación, muchas de ellas con bajos recursos.
El proyecto involucra a la Escuela Especial de Formación Integral para Jóvenes y Adultos N° 1, cuyos estudiantes, 20 personas con discapacidad, han sido los encargados de fabricar las muletas. Ellos, mediante su participación en el curso de carpintería de Nivel 2, no solo están adquiriendo nuevas habilidades, sino también contribuyendo al bienestar de otros. La escuela ha colaborado estrechamente con el Instituto Tecnológico (ITEC) N° 2, que pone a disposición su taller de carpintería para que los estudiantes puedan desarrollar sus conocimientos y avanzar en su formación técnica.
El impacto de este proyecto es doble: por un lado, tiene un enfoque pedagógico que permite a personas con discapacidad aprender y crecer a través del trabajo artesanal; por otro lado, es una iniciativa solidaria, ya que las muletas son donadas a personas que asisten a rehabilitación en el hospital, muchos de los cuales no cuentan con los recursos para acceder a dispositivos de asistencia como estos.
Donación de muletas: sinergia de esfuerzos
La participación activa de la Vicegobernación de Misiones en este proyecto ha sido crucial para su éxito. La institución proporcionó los insumos necesarios para la construcción de las muletas, una contribución que hizo posible el desarrollo del taller de carpintería en la Escuela Especial. Sin estos materiales, los estudiantes no habrían podido llevar a cabo la fabricación de las muletas, lo que subraya la importancia de la colaboración entre diferentes actores sociales y gubernamentales en iniciativas de inclusión y apoyo comunitario.
El Dr. Gisin, responsable del área de Kinesiología y Rehabilitación, expresó su gratitud hacia todos los involucrados, resaltando el valor de este tipo de acciones que no solo mejoran la calidad de vida de los pacientes, sino que también visibilizan el aporte que las personas con discapacidad pueden hacer en la sociedad. “El trabajo de estos estudiantes no solo nos ayuda a cubrir una necesidad concreta en el hospital, sino que también tiene un profundo impacto en su autoestima y desarrollo personal”, afirmó el doctor durante el evento.
La inclusión como meta
El proceso de creación de las muletas no es solo una actividad técnica, sino también una oportunidad de empoderamiento para los estudiantes. Las personas con discapacidad suelen enfrentar barreras importantes en el acceso a la formación y el empleo, por lo que iniciativas como esta marcan una diferencia significativa. Para muchos de ellos, el hecho de ver su trabajo concretado en un producto tangible, útil y solidario, es un logro personal y colectivo de enorme valor.
El hecho de que las muletas sean destinadas a personas que, en muchos casos, también tienen discapacidad, crea un ciclo de apoyo mutuo que refuerza el sentido de comunidad. “Es un orgullo para nosotros poder colaborar con estos estudiantes que están demostrando todo lo que son capaces de hacer cuando se les da la oportunidad”, comentó uno de los instructores de la Escuela Especial. “Este proyecto les está permitiendo descubrir sus propias capacidades y al mismo tiempo ofrecer algo valioso a quienes más lo necesitan”.
Un punto de partida
El proyecto de fabricación de muletas está lejos de haber concluido. Con 23 unidades restantes para alcanzar la meta de 100, los estudiantes continuarán con su labor en el taller del ITEC N° 2 durante las próximas semanas. Este esfuerzo no solo responde a una demanda concreta del hospital, sino que también está siendo evaluado como un modelo a seguir en otros contextos.
La Vicegobernación estudia la posibilidad de replicar este tipo de talleres colaborativos en otros ámbitos, con el objetivo de generar más espacios donde las personas con discapacidad puedan aprender y aportar a la sociedad. La inclusión laboral es uno de los grandes desafíos de nuestra época, y proyectos como este demuestran que es posible abrir puertas cuando se trabaja de manera conjunta.
El acto de entrega de las muletas no solo fue un evento solidario, sino también una muestra de lo que se puede lograr cuando se combinan la formación técnica, la inclusión y el compromiso social. Cada muleta entregada representa no solo un recurso invaluable para el paciente que la recibe, sino también el resultado del esfuerzo, dedicación y talento de un grupo de jóvenes que, a través de su trabajo, están rompiendo barreras y construyendo un futuro más inclusivo para todos.
Inclusión y solidaridad: emotiva donación de muletas al Hospital Madariaga @lucasaromero @heamadariagahttps://t.co/1JneKgJfqB pic.twitter.com/2U1NnICXVS
— Jorge Kurrle (@jorgekurrle) September 17, 2024