El reporte se informó este miércoles por parte de la «Estación Agropecuaria del Inta». Curuzú Cuatiá, Mercedes, Paso de los Libres y San Martín son los departamentos más afectados. En tanto, Mburucuyá y San Cosme registraron menos áreas quemadas.
Según los datos que se registran en el mes de febrero, las llamas consumieron unas 94.167 hectáreas en Corrientes, particularmente en las áreas de malezal y pastizales. Desde el 1 hasta el 12 de enero, se habían quemado en Corrientes unas 25.000 hectáreas. En tanto, desde el comienzo del 2025 hasta el 8 de febrero, la superficie afectada por el fuego alcanzó en total a más de 94.000 hectáreas.
Para combatir el fuego, el Gobierno provincial viene trabajando en las zonas más afectadas con más recursos, dotaciones de bomberos, brigadistas, medios terrestres y aéreos disponibles. Reportan fuentes oficiales que por día se queman unas 2.500 hectáreas, mientras que en el año 2022 se consumían 29.000.
Cabe mencionar, que desde el martes, el Gobierno decidió difundir un parte diario para informar la situación ígnea en toda la provincia. Ese fue uno de los días más calurosos en lo que va del verano, con sensación térmica en tierra de unos 50 grados. En tanto, se reportaron 8 focos activos y se extinguieron otros 9.
Informaron fuentes oficiales que se realiza un seguimiento diario pormenorizado de los focos de calor y los incendios. “Tenemos mayor capacidad de poder estar en estos lugares donde también están trabajando aviones y helicópteros”, destacó el gobernador Gustavo Valdés al sobrevolar la semana pasada la zona afectada en el departamento de Curuzú Cuatiá. Por otra parte, destacó que “se está tratando de preservar en los lugares las casas y vidas humanas, y lo máximo que se pueda en este tipo de contingencias”.
Es importante recordar a la población que están prohibidas las quemas y los incendios. Los mismos pueden ser denunciados al 911 o al 3794504697 o bien también descargando la App Alerta Corrientes.
Superficie afectada
La dirección de Recursos Forestales en conjunto con la Secretaria de Desarrollo Foresto Industrial de la provincia y Recursos Naturales de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Corrientes, elaboraron un informe minucioso este miércoles que precisa las áreas con actividades de quema, detallando la superficie afectada hasta el momento.
“Mediante imágenes satelitales se realizó el monitoreo de las áreas quemadas en la provincia de Corrientes desde inicios del 2025, hasta el 8 de febrero del mismo año. Del total de las coberturas vegetales afectadas por quemas, el 38% se registró en pastizales del centro sur, equivalente a 35.434 hectáreas. Le siguen en proporción los malezales, representando el 17% con 16.077 hectáreas. Luego, los bosques nativos y pastizales del noroeste representaron el 11%, abarcando 10.724 y 9.935 hectáreas, respectivamente. La vegetación de valles aluviales representó el 7%, sumando 6.881 hectáreas, el 16% restante se reparte en otras coberturas”, explica el informe.
“Durante los últimos 2 años, elaboramos informes evaluando la situación de las quemas cada 3 meses. Pero cuando las precipitaciones comienzan a ser menores a lo normal y reaparece el riesgo de incendios, se comienza a monitorear con más frecuencia. Se tomaron registros en diciembre de 2024, luego en la primera quincena de enero y de nuevo lo hicimos en febrero. Así se pudo calcular la superficie afectada por las quemas”, explicó Ditmar Kurtz, doctor en Ciencias Agrarias del INTA Corrientes, uno de los investigadores que elaboró el informe.
El reporte aborda también la distribución espacial de áreas quemadas. “Se observa una mayor extensión de áreas con actividades de quema en los departamentos de Curuzú Cuatiá, con 30.446 hectáreas afectadas, Mercedes, con 11.089 hectáreas y Paso de los Libres con 9.960 hectáreas. En contraste, los departamentos que registraron menor áreas quemadas fueron Mburucuyá y San Cosme con 22 y 118 hectáreas, respectivamente”, detalla el documento.
En tercer lugar, la investigación analiza el tamaño de los parches con actividades de quema, que revela un amplio rango de variabilidad, con un valor mínimo de 1 hectárea y un valor máximo de 18.348 hectáreas. “El tamaño promedio de los parches detectados como quemados es de 23 hectáreas, con una desviación estándar de 304 hectáreas, lo que indica que los tamaños de los parches quemados tienden a desviarse considerablemente del promedio. Por otro lado, la mayoría de los parches fueron relativamente pequeños, el 58% de los parches quemados fueron de menos de 5 ha, el 39% fue de 5 a 100 ha y el 3% fue mayor a 100 ha”, describe.
Otro punto de comparación que se analiza tiene que ver con la cantidad de hectáreas que son consumidas por el fuego de manera diaria. Mientras la tasa de 2022 rondaba las 29.000 hectáreas por día. Este verano se encuentra alrededor de 2.500 hectáreas diarias.
Según los especialistas, las ocurrencias de los incendios registrados en este período, responde principalmente a la cantidad de material combustible acumulado en los campos, aunque a diferencia de veranos anteriores los sucesos no se registraron esta vez en zona de esteros y bañados sino en campos de pastizales y malezales.
En ese sentido, se estima que las pérdidas son, esta vez, principalmente de infraestructura, como postes, tendido eléctrico y cercos perimetrales de los campos.
Según los expertos del Inta, el aumento de la biomasa seca y las condiciones climáticas de altas temperaturas y escasas precipitaciones son factores clave para la propagación de los incendios. En este sentido, se recomienda intensificar las prácticas de quema controlada para prevenir incendios de mayor magnitud en el futuro.
“Tenemos que trabajar más en disminuir la cantidad de biomasa disponible, que es el combustible que hace que sucedan los incendios. La quema controlada es casi como la vacuna: hay que hacerlo con buenas prácticas y responsabilidad, de manera rápida y en el momento del año en que son más fáciles de controlar. Eso permite tener menos biomasa acumulada”, señaló Kurtz en una entrevista radial.
“Las quemas ocurren principalmente a fines del invierno y luego en el verano. Estas últimas son más riesgosas de salirse de control. No obstante, sería importante recalcar a la población que las quemas controladas, rápidas, por parches, terminan siendo un beneficio para el ambiente, la producción y los recursos económicos. A nadie le sirve que los incendios afecten infraestructura, forestaciones, al ganado, que dañe la fauna y la flora y arrase con grandes áreas”, reflexionó al final.
Un informe que releva el monitoreo de los focos de calor y la ocurrencia de incendios en el territorio provincial revela que desde el 1 y hasta el 12 de enero, se habían quemado en Corrientes unas 25.000 hectáreas. Y desde comienzo del 2025 hasta el 8 de febrero, la superficie afectada por el fuego alcanzó en total a más de 94.000.
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