Apenas con sutiles señales, remarcó el error de la judicialización de la política y la necesidad de agotar el debate público. Además recomendó que empresarios y “funcionarios” conozcan la Constitución y que el rol de los jueces en controlar que se cumpla.
Horacio Rosatti, el presidente de la Corte Suprema, utilizó –como ya es habitual- la conferencia anual de AmCham para dejar algunas migas de pan que permiten escudriñar cuál puede ser el sendero que recorra el máximo Tribunal en temas de alto voltaje institucional. Así, y con la reiteración de la relevancia de la Constitución Nacional como piedra basal del ordenamiento jurídico y social ató la cuestión a la judicialización de la política, esquivando cualquier referencia específica, pero con una ineludible decodificación respecto al DNU de Javier Milei que la Corte tiene a estudio, junto a todo el combo de enfrentamientos entre el Ejecutivo y los gobernadores por la asignación de fondos.
La primera conclusión, entonces, del mensaje es que la Corte dirigido a los CEOs y empresarios reunidos en el Summit es que fue pedagógica respecto al rol de contralor asignado al Poder Judicial respecto de las normas y como intérprete final de la Constitución. Lo segundo es que si los problemas se originan en la política, es allí donde deberían terminar de discutirse antes de ser llevado a tribunales o de que estos emitan su veredicto final. Traducido, la Corte no transmite apuro por resolver cuestiones de coyuntura que, por apremiantes, desde este prisma todavía tienen recorrido por delante.
Gabriel Morini
ambito.com