Lorena Pereyra supo desde muy chica que iba a dedicarse a algo vinculado con el cuidado de la naturaleza. Terminó de decidirse tras escuchar los relatos de un tío que era guardaparque en la lejana Patagonia. Hoy está al frente del Parque Provincial de la Sierra, en San José. En este Día de la Mujer, vale la pena repasar su historia.
“Estudié la carrera de guardaparque en San Pedro. Hice algunas pasantías y voluntariado en Misiones y otras provincias. En 2005, obtuve una beca y al año siguiente ingresé al Cuerpo de Guardaparques”, recordó.
Su primer destino fue el Parque Provincial Urugua-í, el más grande de la provincia. Allí estuvo cinco años, conociendo, aprendiendo. “Me gustaba el ambiente. Fue difícil dejarlo, pero también necesitaba un cambio de aire”, indicó. Fue el momento de instalarse en el Sur. “Me enviaron al Parque Provincial de la Sierra, lugar que conocía porque soy de Cerro Azul. Siempre me gustó esa área natural”, evocó.
“Cada parque tiene su particularidad y el factor humano, que es fundamental para el ejercicio de la profesión. Afortunadamente siempre tuve buenos compañeros”, afirmó la guardaparque. “La nuestra es una tarea que requiere que se conviva mucho con los colegas. No es como ir a una oficina, donde se termina el turno y te vas”, remarcó.
Lorena aseguró que disfruta lo que hace: “No es un trabajo monótono. Te abre la cabeza en muchas cosas. Se aprende todos los días. La naturaleza te enseña. Pasás por distintos estados. Venís de un operativo tenso en el monte y tenés que recibir a un Jardín de Infantes que visita el Parque”, resumió.
Marcó mucho su carrera las enseñanzas de los colegas con los que compartió el trabajo: “Aprendés de las guardias, los, recorridos, las salidas. Cuando ingresé tenía 22 o 23 años. Tenía compañeros de 60, que fueron generosos para compartir sus experiencias”.
Ponderó el vínculo que se crea con los vecinos de la zona donde se encuentra el parque: “Hasta te enseñan cómo cocinar y manejarte en el lugar”, agradeció.
“Es una responsabilidad estar al frente de un parque. Pero no lo siento como un peso extra. Es parte de nuestro compromiso. La responsabilidad va más allá del cargo”, sostuvo y marcó con un ejemplo ese código que cumple a rajatabla el guardaparque: “El que está de guardia es responsable de él y de su compañero. Imagínense que a veces pasa algo y hasta el pueblo queda lejos para pedir ayuda”.
Antes de despedirse, Lorena invitó a la ciudadanía a visitar el Parque de la Sierra: “Los espera con sus cinco saltos, su riquísima flora y fauna, y el hecho de ser una zona de transición entre la región de los campos y malezas y la selva”.