La correísta Luisa González ganó este domingo las elecciones en Ecuador, pero con un porcentaje de votos que no le alcanzó para evitar la segunda vuelta, por lo que deberá definir la jefatura del Estado en octubre frente a Daniel Noboa, que no aparecía en los sondeos peleando la entrada al balotaje, en una jornada en la que el dato saliente fue que no se registraron hechos violentos, tras el asesinato de uno de los candidatos la semana pasada.
Escrutado algo más del 74,02% de las actas, según cifras oficiales, González reunía un 33,17% de los votos, sobre Noboa, que sumaba un 24,12%
Detrás, se enrolaban Christian Zurita -que reemplazó al asesinado candidato Fernando Villavicencio-, del Movimiento Construye, con un 16,33% y luego Jan Topic, de Juntos Triunfaremos, con un 14,6%.
El ex vice Otto Sonnenholzner, de la alianza Actuemos; el ambientalista Yaku Pérez, de la coalición Claro que se Puede; Bolívar Armijos, de Acción Movilizadora Independiente Generando Oportunidades (Amigo); y el empresario Xavier Hervas, del movimiento Renovación Total (Reto), sumaban menos de 10 puntos cada uno.
La compulsa mano a mano de octubre reeditará, de alguna manera, lo ocurrido hace 17 años, cuando un candidato de Revolución Ciudadana (RC) se enfrentó a un Noboa: en octubre de 2006 el magnate Álvaro Noboa -padre de Daniel- se quedó con la primera vuelta, pero en la segunda, en noviembre, perdió frente a Rafael Correa, que inició entonces su década de gobierno.
Algunas horas después del cierre de las mesas, el CNE felicitó a los candidatos por aceptar los resultados y comunicó oficialmente, a través de su titular, Diana Atamaint, que habrá segunda vuelta.
«Se ha reflejado el voto del país que quiere paz, pero también del país que necesita medicinas y empleo. Los ecuatorianos debemos exigir condiciones dignas», afirmó González esta noche, conocidos los primeros números.
Parada al lado de su escolta en la fórmula, Andrés Arauz, González destacó: «Estamos de fiesta, porque estamos haciendo historia. Pese a que por años fuimos invisibilizadas, hoy empezó una historia distinta con optimismo, con fe, una historia de dignidad para todo el pueblo».
Repitió además sus quejas por las fallas en el sistema de votación en el exterior y exigió una nueva votación. «Les han quitado todo; ahora ni siquiera les dejaron votar», advirtió.
Frente a sus seguidores, al sur de Quito, la exasambleísta hizo un llamado a la unidad y pidió para la segunda vuelta «votar bien, con conciencia, para que no haya un Lasso 2.0».
En caso de victoria en octubre, González podría convertirse en la primera mujer en llegar a la presidencia a través del voto. Ecuador solo tuvo en toda su historia a una mujer al frente del Palacio de Carondelet, Rosalía Arteaga, en 1997, pero fue temporal tras la destitución de Abdalá Bucaram.
El triunfo de RC pareció ratificar la recuperación de la fuerza que orienta el expresidente Correa, después de que ganara en las regionales de febrero varias ciudades, entre ellas Quito y Guayaquil, las dos principales del país.
Desde Guayaquil, justamente, Noboa, que se definió como «el candidato de la juventud», destacó esta noche que fue «el pueblo de Ecuador el que ha ganado».
«Hay una segunda vuelta, todavía no hemos logramos el objetivo, que es la presidencia de la República», dijo Noboa, de 35 años, que prometió «cambios importantes y urgentes» si llega al Ejecutivo.
El asambleísta rechazó que su ingreso a la segunda vuelta haya sido una sorpresa: «Hicimos una excelente campaña en territorio, en bases y redes sociales. Solo faltaba incrementar el conocimiento y eso se logró con el debate» del domingo último, resaltó.
Tras una campaña plagada de violencia por los ataques a algunos candidatos, las amenazas a otros y a las autoridades electorales y los enfrentamientos entre bandas armadas, la jornada se desarrolló con una inusual tranquilidad y no se reportaron hechos de violencia de relevancia.
Casi 13 millones y medio de ciudadanos tuvieron la chance de ir a las urnas para elegir a quien complete el mandato de Guillermo Lasso hasta 2025.
Según el CNE, un 82,26% del padrón se acercó a elegir.
El Código de la Democracia establece, en su artículo 161, que un binomio puede ganar en una sola vuelta cuando logra la mayoría absoluta de votos válidos emitidos o si consigue al menos el 40% de los votos y una diferencia mayor a diez puntos respecto del segundo.
Los resultados, aunque no finales, de la jornada de este domingo permiten prever que desde este lunes arranquen discusiones y negociaciones entre las dos fuerzas que vayan a pelear la jefatura del Palacio de Carondelet y las que quedaron afuera del balotaje.
Se dará en esta nueva etapa una curiosidad: será más larga la campaña hasta la segunda vuelta que la que los postulantes tuvieron para esta primera, por la repentina decisión de Lasso de disponer -cuando se encaminaba a ser destituido- la llamada «muerte cruzada», que obligó a disolver la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) y convocar a los comicios.
Justamente la futura confirmación de la AN era también seguida minuto a minuto por las ocho fuerzas que buscaron hoy la presidencia, porque será la legislatura que acompañará los 18 meses de gestión de quien gane en octubre.
Los cómputos mostraban hasta el momento que RC -sumaba un 40% de los votos, varios puntos más que el binomio presidencial, pero el 40% escrutado apenas- tendría un bloque importante pero no mayoría, y que habría, además, una notable fragmentación.
Los ecuatorianos también decidieron el futuro de la explotación petrolera en la reserva de Yasuní, aunque el recuento de votos de esa consulta era más lento.
Con algo más del 23% de las actas contadas, según el CNE se imponía el Si en favor de frenar la actividad en el parque con un 58%.
Las mesas electorales abrieron con un país todavía sacudido por el crimen a balazos de Villavicencio, a la salida de un acto en Quito, un hecho que terminó de poner en un primer plano la ola de violencia sin antecedentes de esta magnitud que afronta el territorio.
El accionar despiadado de bandas organizadas, muchas de ellas relacionadas con cárteles extranjeros del narcotráfico, regiones enteras del país controladas por el crimen, el sicariato como forma de saldar diferencias y hasta recurrentes masacres carcelarias constituyen un cóctel habitual desde hace meses.
Las cifras de homicidios se dispararon y en lo que va de este año ya se bordea el número de asesinatos de todo 2022.
La crisis, que afecta también la salud, la educación y el empleo y golpea a los sectores más necesitados, a las poblaciones rurales y a los pueblos originarios, generó también un fuerte descreimiento en la clase política.
Partidos y movimientos, y consecuentemente las alianzas, parecieron tomar nota de ese desencanto: excepto la correísta RC, ninguna fuerza llevó un candidato con militancia interna, sino que todos son postulantes llegados desde otro sector, con preeminencia de empresarios. (Télam)