Leandro N. Alem se prepara para vivir una nueva edición de la Fiesta Nacional de la Navidad del Litoral, una celebración que atrae cada año a miles de visitantes. Detrás de su espectacular despliegue de luces y adornos, se encuentra el Taller de la Navidad, donde se construye la magia que ilumina la ciudad durante las festividades. Graciela Haupt, directora del taller y principal impulsora de la creatividad que da vida a la fiesta, le comentó al movil de C6Digital cómo se organiza el trabajo que transforma a Alem en un escenario navideño único.
El taller de la Navidad es un espacio multifuncional que abarca diversas disciplinas artísticas. «Acá trabajamos con estructuras, costura, pintura, y muchas otras técnicas para que cada adorno tenga su toque especial», explicó Graciela. Los elementos que se exhiben en la Fiesta no son simplemente decoraciones; son piezas pensadas para sorprender y emocionar. «Reciclamos materiales de años anteriores, como estructuras de metal o adornos de telas, que transformamos completamente», aseguró Haupt. Para ella, la clave está en darles una nueva vida a esos objetos que muchos considerarían descartables.
«La fiesta pasó de ser algo más tradicional, como encuentros de coros, a convertirse en un espectáculo a gran escala», recuerdó Graciela. «Fue con la visión del intendente de entonces, que propuso transformar la fiesta, tomando como referencia lugares como Gramado o Disney, pero siempre manteniendo la identidad local», agregó la directora.
Los detalles en la fiesta son cuidadosamente planificados. Graciela detalló que los talleres están organizados en secciones especializadas: «Tenemos un área dedicada a la costura, donde se confeccionan los muñecos y trajes de los desfiles. Otras secciones están centradas en las estructuras metálicas y las esculturas, que luego se cubren con telas como friselina o lienzo», dice. Este trabajo en conjunto no solo abarca la producción de adornos, sino también el diseño y la planificación de la decoración urbana en Alem.
La festividad no solo depende del trabajo de los profesionales, sino que también es producto de la colaboración de la comunidad. Graciela destacó el apoyo constante de los voluntarios, quienes contribuyen con su tiempo y dedicación. «Hay personas mayores que vienen a trabajar en los detalles más pequeños, como los centros de flores, y niños de las escuelas que se suman para armar estructuras y adornos», comentó. Según Haupt, el trabajo de la comunidad es lo que realmente le da alma a la fiesta.
El ambiente de trabajo en el taller es uno de colaboración constante. «Es un lugar donde todos se sienten parte de algo grande», afirmó Graciela. La directora remarcó que el proceso creativo no solo está centrado en la producción, sino también en la pasión de los participantes. «Muchos de nosotros somos autodidactas, y eso nos da una libertad increíble para expresarnos y generar algo único», subrayó.
Con todo listo para otra edición, Graciela hace un llamado a los visitantes. «Lo que más queremos es que la gente disfrute de lo que hacemos con tanto cariño. Cada adorno, cada detalle, está hecho con amor, y eso se nota cuando uno llega a Alem», concluyó. La Fiesta Nacional de la Navidad del Litoral no solo es un evento para ver, sino una experiencia que refleja el esfuerzo, la creatividad y el amor de toda una comunidad que se dedica a hacer de cada Navidad algo memorable.