En un nuevo segmento de Un Camino Para Conocerte, la coach Paula Vogel y la psicóloga, Natalia Houghan charlaron sobre la frustración en los hijos, a través de un intercambio de conocimientos llegaron a la conclusión de que la misma es buena para que los chicos desde pequeños tengan una resistencia a la misma y herramientas para manejar una situación de esta margen.
Lo más normal para un padre, es cuando su hijo viene con un problema o cuestión que le causa frustración -un sentimiento que se origina por no poder satisfacer un anhelo o deseo- se le brinda soluciones para aliviarlo, sin embargo esa no será la forma correcta de enseñarle al niño a lidiar con este sentimiento.
Segun la psicóloga Houghan, lo correcto es escuchar al niño respecto a la situación que le causa frustración y brindarle herramientas para que aprenda a manejar ese sentimiento
«La mejor forma de ser padre, es ser el padre que uno quiso tener» señala la especialista, sin embargo advirtió que no necesariamente de esta forma los adultos son los padres que necesitan a sus hijos.
Para educarlos respecto al sentimiento de la frustración, Houghan resaltó que primero se debe conocer al pequeño, qué tipo hijo se tiene, qué necesidad tiene en base a su individualidad, «tenemos que observar qué necesitan para ser educarlos de buena forma, para que sepan cómo enfrentar la frustración y se sepan defender» remarcó.
Asimismo, se aseguró que los padres al poner el foco de atención solamente en la educación y el aprendizaje del conocimiento, se descuida el interior del niño, en cuanto a las herramientas para que sepa cómo gestionar sus emociones.
«Una persona puede ser muy inteligente en la escuela, pero si no tiene inteligencia emocional no se podrá desenvolver de forma correcta en el mundo» preciso Houghan.
Para una educación tanto de conocimiento como emocional, lo importante es que haya pequeñas dosis de frustración, fricción y contención.
Con porciones iguales, el niño crecerá con las herramientas para enfrentarse a la realidad del mundo de una buena forma y sin tener miedo de enfrentar a compañeros, jefes o luchar por sus derechos.
«La frustración sirve para poder enfrentar los límites del día de mañana» redondeó la psicóloga.